Las negociaciones van muy avanzadas.

 

De acuerdo con ellas, días antes de las votaciones de junio se apeará de la contienda quien tenga menos posibilidades de victoria, sea Javier Corral o José Luis Chacho Barraza.

 

Un acuerdo lamentable por varias circunstancias.

 

La fundamental:

 

Barraza se lanzó a la competencia en calidad de candidato ciudadano y como voz de protesta contra la dictadura de los partidos, los cuales, a su juicio, han pervertido la política.

 

Con esa bandera rechazó de inicio la oferta hecha por el panista Corral, quien lo invitó a buscar acuerdos a fin de frenar el triunfo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y su candidato Enrique Serrano.

 

El argumento era loable:

 

–Equivaldría a prolongar el deterioro del ejercicio público porque en el poder nada distingue a los gobiernos del PRI o del PAN.

 

Agregaba Barraza:

 

Se trata de explorar nuevas experiencias y demostrar cómo la sociedad civil puede darse mandatos eficaces, honestos, con orden administrativo y eficiencia en la obra pública.

 

Además, la invitación de Corral no hablaba de un proyecto por Chihuahua.

 

Nada de unir propuestas a fin de convencer a la ciudadanía.

 

Hoy todo eso está por enterrarse

 

Anaya margina a moreno Valle y Madero

 

Contra los dichos, hay hechos.

 

Hace meses, cuando se preparaban las postulaciones y el panista Ricardo Anaya trataba de fortalecer la imagen de su correligionaria Adriana Dávila en Tlaxcala, aparecieron Puebla, las aspiraciones del gobernador Rafael Moreno Valle y Chihuahua.

 

Ya se sabe:

 

Anaya quiere posicionarse como cuadro digno de la candidatura presidencial para 2018 y ese propósito pasa por poner a la vera al poblano Moreno Valle con el debilitamiento de su candidato Antonio Gali, quien va sin el apoyo del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

 

Por ello, como denunció Agustín Basave, incumplió el preacuerdo de entregar la candidatura tlaxcalteca a la perredista Lorena Cuéllar y optó por cobijar a la otrora calderonista Adriana Dávila.

 

Ese objetivo está cumplido.

 

En el caso de Chihuahua, hay visiones encontradas.

 

José Luis Barraza cree mejorar sus tendencias y, con gran respaldo financiero del empresariado, apuesta a convencer a la población para sobreponerse al puntero Enrique Serrano.

 

Más claro: espera la declinación de Javier Corral.

 

En Acción Nacional (PAN), mientras tanto, Anaya ha recibido noticias promisorias: están a sólo tres puntos del PRI y de Serrano.

 

Es decir, forzará la renuncia de Barraza para asegurar el hipotético triunfo de Corral y de esa manera se deshará definitivamente de su antecesor e impulsor Gustavo Madero, a quien no permitió competir en Chihuahua.

 

Así van las negociaciones y ese es el escenario.

 

Pronto debe haber noticias.

 

Cambios en la comunicación del Gobierno

 

1.- Vienen cambios en la política de comunicación del gobierno.

 

A principios de semana hubo una reunión donde se analizaron, por encima de errores, omisiones e ineficacia de acciones, resultados desde el punto de vista presupuestario.

 

Se llegó a una conclusión: se gasta mucho y la imagen de la administración no mejora.

 

En consecuencia, se estudia reducir las partidas entre 30% y 50%, según áreas, dependencias y medios.

 

La decisión cae en el ámbito del secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, y será interesante ver la reacción de Eduardo Sánchez, vocero y responsable de la comunicación gubernamental.

 

Y 2.- el ex perredista Benjamín Robles no tiene perdida su lucha por aparecer en la boleta electoral para gobernador de Oaxaca.

 

Sus abogados traen un argumento interesante: si bien compitió por la candidatura del PRD, también lo era del Partido del Trabajo (PT) y por lo tanto tiene derecho a inscribirse.

 

No hizo lo mismo Marcelo Ebrard en 2015 y por eso perdió su caso en las salas del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).