WASHINGTON. Fue una súper elección en la que el mundo estuvo atento porque suele definir el camino de los que aspiran a la Casa Blanca.

 

El bipartidismo estadunidense definía ayer a sus candidatos con elecciones internas simultáneas en los estados de Florida, Illinois, Misuri, Carolina del Norte y Ohio y hasta el cierre de esta edición el multimillonario Donald Trump se perfilaba como el triunfador de las primarias republicanas en Illinois, acumulando victorias en el tercer supermartes, mientras que la aspirante demócrata Hillary Clinton vapuleó a Bernie Sanders y celebró sus decisivos triunfos en las primarias en Florida, Ohio y Carolina del Norte.

 

El triunfo en Illinois de Trump, puntero republicano, era el cuarto del nominado del tercer Supermartes. Los pronósticos de las encuestas se cumplieron y el senador Marco Rubio, de origen cubano, perdió en su propio estado frente al polémico empresario Trump, lo que le dejó muy rezagado en la carrera por la candidatura  presidencial republicana. Por ese motivo anunció que renuncia a su sueño de ser presidente de Estados Unidos, “quizás para siempre”.

 

Trump también triunfó en Carolina del Norte y en el territorio de las Islas Marianas. Además, encabezaba el recuento en Misuri, aunque perdió en Ohio ante el gobernador de ese estado, John Kasich.

 

“Con su voto han contribuido a que este país sea mejor mañana de lo que era ayer”, señalaba Clinton ante una multitud que mostraba su contento con aplausos, gritos y agitando banderas.

 

Clinton sacó unos treinta puntos porcentuales de ventaja en Florida al otro aspirante demócrata, el senador socialista Bernie Sanders. Rubio, de origen cubano, en estas elecciones representó al aparato del Partido Republicano frente a las posiciones de Trump y Cruz que reniegan de la clase política de Washington.

 

Las elecciones primarias en Florida eran decisivas para la definición del candidato republicano a la Casa Blanca, porque a diferencia de lo que ocurre en otros estados, todos los delegados en juego van al ganador.

En esta jornada se jugaron 367 delegados en el lado republicano y 691 en el demócrata, de los mil 237 y dos mil 383 necesarios para asegurar la nominación, respectivamente.