Cuando Eve Ensler estrenó por primera vez Los Monólogos de la Vagina -basada en su libro del mismo nombre- en 1996 en Nueva York, la puesta en escena llegó a los teatros como una verdadera revolución. ¿Mujeres revelando sus historias más íntimas y secretas ante una audiencia masiva?, ¿reivindicando a grito pelado la palabra “coño” a los cuatro vientos?, ¿filas y filas interminables para comprar boletos cada función?

 

Las caras más conocidas del espectáculo, como Glenn Close, Oprah Winfrey, Jane Fonda, Whoopi Goldberg y Winona Ryder querían formar parte del fenómeno para dar voz a miles de mujeres vejadas, maltratadas y menospreciadas de todo el mundo. En México, la obra estuvo 15 años en cartelera y dio más de 7 mil 200 funciones.

 

Ensler llegó a creer que el éxito tan grande de Los Monólogos… podría ser síntoma de que algo estaba pasando en el mundo y que la violencia contra las mujeres en realidad podría terminar. Pero no fue así y, 20 años después, en entrevista con 24 HORAS a su regreso al país, lamenta que para las mujeres más pobres y desprotegidas, el mundo sea igual de violento que hace 100 años; para ellas, señala, no ha cambiado nada.

 

En una nueva versión de Los Monólogos… ¿qué historias contarías?

 

Creo que investigaría mucho más sobre las mujeres transexuales, me gustaría abordar la conexión que existe entre la explotación económica, las trabajadoras migrantes y su relación con sus vaginas y su sexualidad, la trata de personas. En los últimos 20 años las mujeres hemos estado muy cerca de liberarnos y, de repente, nos echamos para atrás. Nos da mucho miedo atravesar esa barrera, aunque estemos muy cerca. Necesitamos alcanzar a esa particular noción mística de lo femenino que hay en nosotras, para salvar a este planeta y a la humanidad. No sé cómo traducirlo, pero sí creo que la vagina es un portal para lo místico, el empoderamiento y algo mucho más grande que nosotras y que la vida misma. Creo que escribiría un monólogo sobre eso.

 

¿Pensaste que 20 años después el mundo seguiría siendo tan violento hacia las mujeres como lo es ahora?

 

¡No, claro que no! Pero la realidad siempre es así: avanzas tres pasos y retrocedes dos. Hemos hecho grandes avances, no hay duda. Ahora las mujeres ocupamos un lugar muy distinto al que teníamos hace 20 años… el problema es cuáles mujeres han avanzado. Me parece que en cierta clase social, ciertos grupos étnicos, con cierto tipo de educación, sí ha habido avances positivos, el mundo sí ha cambiado.

 

Pero si miras la realidad desde una perspectiva más amplia, como las mujeres explotadas económicamente, trabajadoras sin protección social, víctimas de trata… el escenario es increíble. La siguiente fase tiene que ser un movimiento de solidaridad mundial de todas las mujeres en todas las condiciones. Entender que el respeto a los derechos de las migrantes está relacionado con las indígenas, con el tráfico de personas, con quienes sufren violencia física. Todo esto tiene que ser parte de nuestra lucha y las mujeres más marginadas deben liderarla y contar sus historias.

 

¿Eso es posible en un país como México donde se convive tanto con la violencia que la gente se vuelve apática?

 

La apatía proviene de no entender que todo alrededor de ti te concierne. Esta noción de que tu comodidad clasemediera te separa de la gente pobre es una ilusión: eventualmente todo esto te va a afectar a ti también. Por ejemplo, el terrorismo. ¿Por qué alguien sentiría la necesidad de estrellar un avión contra un edificio?, ¿por qué se amarraría una bomba y se haría estallar con ella?, ¿qué está pasando que lo orillaría a hacer eso?, ¿qué clase de humillaciones, pobreza o abusos ha tenido que soportar?

 

Todo está conectado: si empobreces a la gente, la ignoras, y pretendes no ver su realidad, todo eso se te va a regresar eventualmente. Si eres una persona en una situación económicamente privilegiada, te tienes que preguntar si eres feliz y si te sientes satisfecho, porque el dinero en realidad nunca te va a dar esa satisfacción. Si vinculas tu vida y esfuerzos hacia las luchas de esas otras personas, serás feliz porque tu vida va a adquirir un sentido que va más allá de ti. Este sistema narcisista, individualista, capitalista en el que vivimos te hace creer que el éxito personal eventualmente significará el éxito para el mundo, pero no es así. El mundo no será un mejor lugar hasta que no tengamos un mejor sistema para todos.

Foto: Daniel Perales | 24 HORAS

 

¿Así convencemos a los hombres de que la equidad de género también les concierne a ellos? Por decirlo de una forma, ¿que está bien llegar a casa y lavar los trastes?

 

Voy a usar el sexo como una metáfora. Piensa en la forma en que tiene sexo un varón dominante, en control. Se sube a su novia sin pensar en ella, sin que le importe cómo se siente. Se sirve y ya, esa es una forma de tener sexo… si a eso le puedes decir sexo. Pero ¿qué tal si aprendieras a ser recíproco?, ¿a cumplir sus necesidades y darle placer, hacerla sentir mejor? ¿Sí sabes que así gozarías mucho más, que te sentirías más satisfecho?

 

Ella querría estar contigo. Para mí eso es una metáfora. Estás viviendo una parte muy pequeña del machismo: la dominación, el privilegio, la ocupación e invasión, pero es patético en comparación de lo que podrías obtener de la reciprocidad, el consenso, el amor y la intimidad. ¿Por qué hacer las cosas de una manera diferente, para variar? Experimenta los beneficios, la dicha que podrías obtener… cada hombre que conozco que ha cambiado su forma de ver las cosas y ha comprendido que la vida debe ser una travesía mutua, igualitaria, amorosa y respetuosa para hombres y mujeres, se la está pasando bomba.