La decisión está tomada:

 

Felipe Calderón aprendió de 2005, cuando se declaró el hijo desobediente de Vicente Fox, pero con la experiencia del guanajuatense.

 

Con éxito, pues superó el veto del presidente de la transición y lo sucedió en 2006, aunque haya tomado posesión ante un Congreso de la Unión copado por los antidemócratas, encabezados por Andrés López.

 

Entró por una puerta trasera del Palacio de San Lázaro, convenida por el propio López, y juró vigilado por las Fuerzas Armadas ante un confundido Fox, quien no sabía a quién entregar la banda presidencial.

 

Pero se cumplió el trámite como lo había soñado el propio Calderón –“el Ejército Mexicano hará valer la institucionalidad y yo me ciño a ella”, me dijo seguro de superar la crisis de legitimidad– y fue presidente de plenos poderes constitucionales.

 

De aquella experiencia y la del propio Vicente Fox han partido Calderón y su esposa para posicionar a Margarita Zavala de Calderón e imponer su candidatura en contra la nomenklatura del Partido Acción Nacional (PAN).

 

Lo hecho por Fox, aunque él ahora rechace a los candidatos ciudadanos, pese a imponerse en 2000 en tal condición a toda la estructura del PAN manejada por Luis Felipe Bravo Mena, a quien luego convirtió en embajador.

 

O se impone al PAN de Anaya o va por fuera

 

¿Cuál es el plan del matrimonio Calderón-Zavala?

 

Es simple:

 

Hacer campaña por todos los medios y en todo el país, en alianza con los grupos formales del PAN –más organizaciones ciudadanas–, a fin de posicionarse por encima de otros aspirantes, en especial Rafael Moreno Valle y Ricardo Anaya.

 

Y al final de la pelea interna aspiran con dejar de lado a todos: a Moreno Valle, a Anaya, a Roberto Gil o a quien ose ser el abanderado para Los Pinos en 2018.

 

No van mal.

 

Sin mayor posición en la estructura panista lucharon en contra del acuerdo del propio Moreno Valle y del PAN con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y lograron romper las alianzas bipartidistas en Tlaxcala y Puebla.

 

Así impusieron a Adriana Dávila en contra de todos los pronósticos y apuestan por hacerla gobernadora de Tlaxcala, también en contra de las pretensiones de quienes hoy lamentan el rompimiento de la alianza con el PRD.

 

Ahora los Calderón-Zavala negocian con distintos grupos, sobre todo los disidentes azules porque hay adversarios de Ricardo Anaya, de Gustavo Madero y de otras tribus interesadas en hacerse del poder ya que ven al PAN sin objetivo ni destino.

 

Y lo dicho: no van mal.

 

Los resultados de Puebla serán su primer sinodal.

 

En tanto se dan, cabe lo dicho por Margarita Zavala de Calderón:

 

–Estaré en la boleta presidencial de 2018… Yo espero que por el PAN.

 

Sí, si impone al estilo Fox.

 

Es su único camino.

 

Impulso a la educación al estilo del Papa

 

1.- Secuela de la visita del papa Francisco a México: Del 11 al 13 de marzo habrá un encuentro para desarrollar nuevas estrategias educativas y nacionales para el país.

 

Académicos, estudiantes, emprendedores y otros expertos convocados por Héctor Sulaimán tratarán de impulsar ideas a fin de generar sinergias con más de 400 mil planteles de todo el mundo de esta red impulsada por El Vaticano.

 

2.- En Chihuahua el candidato ciudadano a alcalde de Ciudad Juárez, Armando Cabada, ha recibido oxígeno del Movimiento Ciudadano (MC).

 

Vea usted: el abanderado a gobernador de esa organización, Cruz Pérez Cuéllar, dio su apoyo a Cabada a fin de fortalecer su recolección de firmas.

 

Ya lleva más de 75 mil, según su dicho, equivalentes a tres veces la militancia priista y casi 25 la panista.

 

Y 3.- sin repercusión mediática, sin generar reacciones internas, Manlio Fabio Beltrones reorganiza el aparato electoral en estados y municipios donde habrá elecciones en junio.

 

–Aceita la maquinaria como lo hizo en Colima, donde aupó a José Ignacio Peralta a la gubernatura –aseguran.

 

Bueno, pues esa estrategia se reproducirá hasta el infinito en los 13 estados con elecciones, 12 para gobernador y Baja California para diputados y alcaldes.