Autoridades de Nuevo León y Jalisco realizaron operativos de revisión al interior de los centros penitenciarios de Cadereyta y Puente Grande respectivamente; los dispositivos sorpresa tuvieron el objetivo de detectar y asegurar armas, drogas, y demás artículos prohibidos, así como para verificar las condiciones al interior de los penales.

 

En el caso del complejo penitenciario de Puente Grande, se trató de un dispositivo coordinado de un centenar de policías de la Fuerza Única y elementos del Ejército que inició alrededor de las 11 de la noche del lunes, y se prolongó hasta las cuatro de la madrugada de ayer, en el que se hizo una revisión focalizada de los dormitorios que conforman el centro.

 

La revisión se realizó casi un año desde el último operativo similar, cuando en marzo de 2015 se registró el caso de un interno asesinó a su esposa y sus tres hijos en el área de visita conyugal, con una punta metálica, un par de días después las autoridades coordinaron la revisión de las estancias.  Sobre el operativo realizado hasta el cierre de esta edición no se había detallado lo asegurado.

 

En otro hecho, el caso del penal de Cadereyta, en Nuevo León registró la revisión desde las nueve de la mañana de ayer, como parte de la instrucción del gobierno del estado para verificar la situación en la que operan los centros, luego de que el pasado 11 de febrero se registró una riña masiva que dejo 49 muertos al interior del penal de Topo Chico.

 

Tras el motín en Topo Chico, el 17 de febrero pasado las autoridades realizaron un cateo al penal de Apodaca, derivando en un amplio decomiso de objetos prohibidos como fueron: más de 23 mil 200 pesos, 12 celulares, 123 dosis de cocaína, más de 400 dosis de mariguana, 37 desarmadores, y 38 cuchillos, entre otros.

 

Luego de cuatro horas de revisión, la cual culminó a la una de la tarde de ayer, las autoridades del estado dieron el saldo del dispositivo en el que participaron más de 700 efectivos del Ejército, la Fuerza Civil, Seguridad Penitenciaria, así como de la procuraduría estatal y la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

 

El informe emitido refirió que “dentro de este reclusorio (Cadereyta) no se encontraron celdas de lujo, ni beneficios hacia algún interno”, en tanto los objetos decomisados constaron de dos memorias USB, un envoltorio de mariguana, y cinco puntas hechizas de metal.