En Veracruz, los “astros políticos” parecen estar alineándose para que el gobernador Javier Duarte de Ochoa se vaya a su casa…pero antes, mucho antes del próximo 5 de junio. Entre más tiempo permanezca en el cargo, mayor es el riesgo de que el PRI pierda las elecciones, dicen los encargados del proceso electoral en esa entidad, pues se volvió “tóxico” para el tricolor. Sin embargo, no encuentran la manera de “confinarlo”.

 

¡Quién los entiende!, exclaman los perplejos, quienes recuerdan: Hace cuatro meses los mismos priistas que ahora lo quieren “echar” dijeron que “estaban dispuestos a meter las manos al fuego” por el gobernador; hablaron linduras de él y hasta dijeron que el PRI estaba orgulloso de su actuación en los cinco años de gobierno que lleva; que el priismo en la entidad estaba más vivo que nunca porque el gobernador se ha comprometido con lealtad y sobre todo con ho-nes-ti-dad (así, deletreado para que no existiera duda) en hacer las cosas, por lo que el PRI debe estar al lado de su gente, de las familias veracruzanas que son el motivo real para luchar en la política, darles a ellas, a nuestros hijos, mejor vida y posibilidades de crecimiento… por eso el partido está al lado de Javier Duarte, decían eufóricos.

 

¿Y hoy les urge que se vaya el señor porque ya no aguantan sus torpezas? Así es la grilla, hermano. Ahora a diario someten al gobernador a fuego amigo y enemigo; que si el pleito con la Universidad Veracruzana, que si las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación por gastar el dinero a manos llenas e irresponsablemente, que si los muertitos por todos lados y otras cosas horribles, horribles que dicen de él. Bueno, ya hasta el gobernador de Morelos, Graco Ramírez, le entró a la campaña en contra de Duarte, quien estoicamente se resiste a dejar el “hueso”.

 

Hay quienes afirman que el PRI ya tiene el esquema para deshacerse de su gobernador, el cual consiste en poner un interino, que podría ser José Yunes, quien obviamente trabajaría en favor del candidato oficial, Héctor Yunes Landa, para enfrentar a Miguel Ángel Yunes Linares el 5 de junio. ¿O sea que todo va a quedar entre familia?, preguntan los analistas bisoños. Pues de eso se trata, de que los Yunes se repartan el negocio, perdón, el estado. Lo peligroso del asunto es que después no quieran soltar el poder. Imaginemos: cualquiera que gane de tan bonita familia hará un minigobierno de dos años; en el 2018, sin duda, habrá otro Yunes como candidato. ¡Qué bonito proyecto de famiglia, qué bonito!

 

Por otro lado, quienes están pensando en un milagro creen que el candidato de Morena, Cuitláhuac García Jiménez, y el independiente Juan Bueno Torio, cada quien por su lado claro, podrían “hacer la chica”. Cuitláhuac “viene pisando fuerte”, sobre todo en las regiones pobres del estado, que son bastantes, reconocen los priistas. Bueno Torio es un próspero empresario que inició su carrera política en 1997 –como diputado federal del PAN–; después coordinó la campaña presidencial de Vicente Fox, quien ya como presidente lo nombró subsecretario de la Pequeña y Mediana Empresa, y posteriormente director general de Pemex Refinación. Senador por Veracruz en el sexenio de Calderón y después diputado federal. Terminó “hasta la madre” del PAN, por lo que en diciembre renunció para convertirse en independiente y lanzarse a la conquista de Veracruz.

 

Por lo pronto, lo más bonito del espectáculo jarocho será ver cómo le “cortan la cabeza” a Javier Duarte.

 

Agenda previa

 

Los analistas financieros del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado confiesan que a ellos también los sorprendió el anuncio de la Secretaría de Hacienda y el Banco de México del recorte al gasto, la cancelación de las subastas y el aumento de las tasas de interés. ¡Pobres empresarios que tienen que aguantar a los bisoños que dirigen el susodicho centro!