Uno de los asuntos pendientes que tenía el torero español José Tomás en su carrera era llenar y triunfar en la Monumental Plaza de Toros México y este domingo logró reunir a 45 mil personas y cumplió con su primer objetivo, pero no triunfó y detuvo el crecimiento de su mito y leyenda.

 

Tomás, de 40 años, llegó este domingo a La México a certificar que en la plaza de esta capital, la de mayor capacidad en el mundo, habría miles de personas que querían atestiguar su tauromaquia, esa que lo ha convertido en una leyenda y un mito de los ruedos, pero apenas la ofreció con cuentagotas.

 

El movimiento alrededor de la plaza comenzó desde las primeras horas de este domingo con los revendedores de boletos, un mal necesario de los espectáculos de estos tiempos, quienes ofrecían entradas de todas las localidades, los más baratos, en sol y sombra general en 30 dólares, unos 450 pesos después de que los más caros estuvieron durante la semana cerca de los 8 mil dólares (unos 145 mil pesos).

 

Con contadas y seleccionadas actuaciones que crean y recrean un halo de misterio a su alrededor, Tomás convocó a aficionados de la capital, de los estados cercanos a la Ciudad de México y hasta aficionados españoles que compraron paquetes especiales para acudir a ver al madrileño.

 

La corrida, la decimosexta de la temporada grande 2015-16, la del 70 aniversario de la plaza, llamó a toda clase de taurinos tanto jóvenes como viejos y miles de mujeres, quienes pretendían atestiguar otra jornada épica de Tomás pero al final se fueron decepcionados.

 

Los aficionados se dieron cita desde el sorteo de los toros, al mediodía, cuatro horas y media antes del inicio, para comenzar el movimiento de la jornada taurina en la plaza, que lució como en su mejor época, con un lleno “hasta el reloj”.

 

A pie, en coches particulares o en el metro todos fueron llegando para presenciar la liturgia del torero que debido a una cornada en Aguascalientes estuvo al borde de la muerte en abril de 2010.

 

Pero no sólo los aficionados se dieron cita en la Monumental, también un centenar de antitaurinos hicieron acto de presencia con sus consignas en defensa de los animales.

 

Vigilados por una centena de policías, los “antis” exhibieron pancartas y gritaron consigas hasta que se retiraron del lugar, aproximadamente una hora después de comenzada la corrida.

 

Alrededor de la plaza todo tenía que ver con la presencia del torero español, fotos, carteles, artículos taurinos, toda la venta de comida y hasta su libro “Diálogo con Navegante” (2013) tenía espacio y todos comentaban, animados, su inminente actuación.

 

En la corrida, el español se llevó una oreja de su primer toro aunque sufrió dos revolcones sin heridas; en el segundo tuvo detalles, y su tercero fue devuelto por falta de presencia y enfrentó un cuarto, el primer reserva que también fue pitado y abrevió ante la rechifla y la desaprobación general.

 

La tarde estuvo lejos de ser buena para José Tomás, quien se vio falto de sitio, sin ritmo y disminuido físicamente.

 

El español no brindó ningún toro al público mexicano y se fue sin pena ni gloria, mientras que su alternante y rival en el mano a mano, Joselito Adame, se quedó con el triunfo al cortar dos orejas de su tercer toro.

 

Tomás encendió la tarde y al público al ser prendido de fea manera en dos ocasiones en su primer toro y aunque resultó revolcado y con el terno roto, regresó al toro sin pensarlo demasiado.

 

 

La tarde en la Monumental México fue de mucha expectación, y como reza la sentencia taurina, terminó en corrida de decepción y con un José Tomás, quien vistió de rosa y oro, que abandonó la plaza cabizbajo.

 

La expectación por ver a Tomás fue muy alta por ser la segunda vez que actúa en México desde la cornada que lo puso al borde de la muerte y hace dos años en 2015, que se presentó en Juriquilla.

 

El diestro español, quien pasó las últimas semanas previas a la corrida en su casa de Aguascalientes, en el centro del país, donde cumplió con sus entrenamientos para la tarde de este domingo, compareció por séptima ocasión en la Plaza México, en la que recibió la alternativa el 10 de diciembre de 1995.

 

La última actuación de Tomás en la Monumental ocurrió el 29 de noviembre de 2009 en un mano a mano con Arturo Macías.

 

El interés que causó Tomas en compañía del mexicano Adame dejaron la mesa puesta para la tradicional corrida del 5 de febrero, fecha en la que la Plaza México celebra su 70 aniversario ya que inaugurada en ese día de 1946.

 

Todos los asistentes llegaron al inmueble para ver triunfar al llamado “mejor torero del mundo”, pero apenas recibieron limitadas dosis de tauromaquia suficientes para creer que habrá otra tarde para ver a la gran figura del toreo que ha demostrado ser el de Galapagar (Madrid).