ROMA. Miles de personas se manifestaron hoy en más de 80 ciudades de Italia para exigir el reconocimiento de las uniones homosexuales, lo que comenzará a estudiarse en el Senado esta semana y que ha suscitado un intrincado debate en el país.

 

La protesta se desarrolló bajo el lema “Es hora de ser civiles: Despiértate Italia” y en ella participaron organizaciones en defensa de los derechos homosexuales, sindicatos, asociaciones de todo tipo y representantes políticos.

 

En las manifestaciones han participado ochenta y dos ciudades de toda Italia, desde la septentrional Bolzano hasta la sureña Reggio Calabria, pasando por importantes urbes como Milán, Turín, Bolonia, Nápoles, Florencia, Palermo, Lecce y Roma.

 

Los organizadores, según un comunicado, dijeron que más de un millón de personas participaron en las manifestaciones, al tiempo que calificaron esta jornada de “histórica” para “un país que no quiere permanecer atrás”.

 

“Una vasta porción de la sociedad civil ha salido hoy a las calles sin miedo, conscientes de que un derecho más es una riqueza para todos y para todas”, celebró el secretario de la asociación ArciGay, Gabriele Piazzoni.

 

La Cámara Alta comenzará a estudiar el próximo jueves por primera vez un proyecto de ley dirigido a introducir en el ordenamiento jurídico italiano las uniones entre homosexuales y las parejas de hecho, también abiertas a heterosexuales.

 

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En el preámbulo del texto se destaca “la necesidad” de poner fin a este vacío legislativo que ha hecho de Italia uno de los pocos países europeos que carecen de una normativa al respecto, texto impulsado por el Partido Demócrata y consiste en unas de las prioridades del primer ministro Matteo Renzi para 2016.

 

En esencia rehúsa el término “matrimonio”, sustituido por el de “específica formación social”, si bien una vez aprobada las parejas homosexuales podrán, entre otras cosas, fijar un domicilio, elegir un apellido común e incluso concederse su nacionalidad.

 

Lo que ha exasperado los ánimos y ha complicado el debate es el punto que concierne a la adopción de hijos, a pesar de que el proyecto de ley no contempla la posibilidad de que una “unión civil” homosexual adopte un hijo ajeno a la pareja, por lo que se decanta por permitir la adopción del hijastro, del hijo de la otra parte de la pareja, sin asumir eso sí derechos sucesorios sobre el mismo.

 

El pasado viernes Francisco sorprendió al indicar que para la iglesia Católica “no puede haber confusión entre la familia querida por Dios y cualquier otro tipo de unión”, unas palabras interpretadas como una intervención del pontífice en el debate.

 

Por otro lado, cincuenta ciudades de Italia albergaron hoy la manifestación de los “Centinelas en pie”, que protestaron contra las parejas homosexuales del modo en el que habitualmente lo hacen: de pie, en fila, silenciosamente y leyendo un libro.