Otra primicia de Teléfono Rojo está por confirmarse.

 

Escribimos el 4 de enero pasado:

 

“Una percepción no cuadra con el oficio político.

 

“Si Alejandro Murat Hinojosa es viejo colaborador de Enrique Peña Nieto, si fue funcionario suyo en el Estado de México y lo colocó en el gabinete ampliado, ¿pudo renunciar sin la bendición presidencial.

 

“Días antes de abandonar el Infonavit platiqué extenso con Murat Hinojosa para escuchar su visión personal sobre la sucesión en Oaxaca.

 

“–Yo estoy listo. Simplemente espero la señal. Si llega, gano. Pero si no, de todos modos gano, porque soy miembro del gabinete ampliado y tengo un trato preferencial del Presidente”.

 

Ergo, concluimos entonces, Murat Hinojosa renunció al Infonavit con plena complacencia del mando político del país y con la promesa de ser postulado como candidato a gobernador de Oaxaca, posición ya ocupada por su padre José Murat.

 

Me dijo más Alejandro, aunque no di cuenta de ello:

 

–Sé de los déficits, de la fama de mi padre. ¡Por supuesto! Mal haría si no. Pero yo soy otra generación, mi campaña será distinta, mi padre no participará, no permitiré que participe en mi gobierno.

 

Remató:

 

–Él ya fue, yo voy a ser… si soy.

Bueno, pues su papá ya anunció su lejanía de Oaxaca y Alejandro Murat Hinojosa espera la postulación.

 

El cobro de Gutiérrez Candiani a Peña

 

Prácticamente decantado Oaxaca para Alejandro Murat Hinojosa, puedo contarle una historia paralela.

 

Semanas atrás, cuando coqueteaba tanto con el PRI como con el PAN e inclusive como candidato independiente, Gerardo Gutiérrez Candiani andaba muy activo.

 

Gerardo Gutiérrez Candiani | Foto: Roberto Hernández

Hablaba con todos, sobre todo con los suyos.

 

Llegó a reunirse con integrantes del CCE y del CEESP para presentarse como seguro contendiente en su estado.

 

Los testigos de aquellas reuniones refieren a un Gutiérrez Candiani esperanzado en reconocimientos del gobierno federal, en lugar de presentar cartas como hombre de gran arraigo y triunfo seguro.

 

–Me deben mi lealtad al gobierno de Enrique Peña Nieto –intentó reforzar.

 

Recurramos a esos testimonios:

 

Quien le habría dado la buena nueva sería el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, a quien conoce de tiempo dadas las posiciones públicas de uno y otro.

 

Y si Videgaray Caso lo dijo, es porque tiene la capacidad de impulsar a quien quiera e imponerlo al PRI de Manlio Fabio Beltrones.

 

Ahí tienen el caso de Colima, donde colocó a su alfil José Ignacio Peralta, llevado al triunfo con un respaldo sin precedentes desde el propio priismo y, ahí sí, con la operación personalísima de Beltrones.

 

Con esa ufanía construyó su desgracia.

 

Ni siquiera fue citado a la sede priista para esa carta de unidad.

 

A menos, claro, si se falla a la palabra, si se presenta a siete prospectos de mérito para luego patearles el trasero.

 

Ellos sí son priistas: Mariana Benítez, Alfonso Gómez, Samuel Gurrión, Alejandro Murat, Eviel Pérez, Martín Vázquez y Javier Villacaña.

 

Justa recompensa a Estefan Garfias

 

No será una elección fácil.

 

Ya está perfilado José Antonio Estefan para contender por la alianza PAN-PRD y quizá otros organismos de izquierda de escasa ascendencia en Oaxaca.

 

Con todo el apoyo del gobernador Gabino Cué y su creador, Diódoro Carrasco.

 

Sería una postulación justa.

 

Su segunda oportunidad real.

 

En 1998 se le atravesó un Murat (José) y hoy enfrentaría a otro Murat, Alejandro.

 

A principios de marzo de 1998, el entonces gobernador Diódoro Carrasco lo llamó para pedirle permanecer encerrado en su casa de la Ciudad de México y preparar su campaña.

 

Tenía un coordinador designado, Ulises Ruiz.

 

Pero José Murat apostó su vida y fue a Los Pinos y, ellos sabrán cómo, forzó a Ernesto Zedillo a cambiar la designación y salió con la candidatura en la mano para sorpresa de todos.

 

En cuanto salió, buscó a Ulises Ruiz.

 

–Súmate. Yo sé lo que te digo.

 

Quedaron de verse, acordaron, trabajaron juntos, le heredó el gobierno y todo iba bien hasta…

 

El resto es historia.