Los mercados bursátiles de los países del Golfo reaccionaron con fuertes pérdidas en sus primeras operaciones del lunes, después de la entrada en vigor del levantamiento de las sanciones contra Irán, un importante productor de hidrocarburos; el resto de los mercados podrían seguir en la misma dirección.

 

La razón de los temores que genera el regreso es simple: Irán exporta entre 1 y 1.5 millones de barriles de petróleo diarios. Con el levantamiento de las sanciones, en un plazo de seis meses quiere elevar esa cifra en medio millón. Lo anterior significa más oferta de petróleo en un momento en el que sobran en el mercado mundial alrededor de dos millones de barriles de crudo.

 

El levantamiento de sanciones internacionales y multilaterales contra Irán, luego de que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó que Teherán cumplió con los pasos necesarios para poner en marcha el acuerdo nuclear que suscribió con las grandes potencias en julio de 2015, supone un duro golpe para las economías del Golfo.

 

Tan sólo la bolsa de Arabia Saudita, el primer productor mundial de petróleo, abrió con pérdidas de más de 5.0% este lunes, lo mismo que el índice Dubai Financial Market; el Qatar Exchange, el segundo mayor mercado regional después de la bolsa de Arabia Saudita, se situaba con pérdidas del5%. Detrás de esta reacción está el hecho de que el petróleo representa casi 80% de los ingresos de las economías del Golfo Pérsico y su precio ha bajado alrededor de 20% este año.

 

El temor de los mercados es real, pues desde antes de conocerse el histórico anuncio, Irán dio a conocer que trabajaba en un nuevo modelo de contrato para atraer las inversiones de empresas internacionales a la exploración y desarrollo de recursos, toda vez que la constitución de ese país prohíbe la propiedad privada o extranjera de los recursos naturales. Incluso el presidente del Comité de Reestructuración de Contratos de Petróleo, Mehdi Hosseini, adelantó que el nuevo marco legal “se asemejará a los de producción compartida pero con características diferentes”.

 

Uno de los grandes atractivos de Irán para las empresas extranjeras son las abundantes reservas del país, calculadas en 1.5 billones de barriles. Pero, además, se suma el hecho de que el país persa cuenta con uno de los costes por barril más bajos de la industria, entre ocho y 10 dólares por barril.

 

El retorno del petróleo iraní se perfila para desplazar al de otros productores, como Venezuela, Nigeria o Rusia, pero también para Canadá y Estados Unidos.

 

En particular, serían las empresas estadunidenses las que estarían al margen de este “ánimo inversor” en Irán, en virtud de que la plena anulación de las sanciones por parte del gobierno de Washington requiere aún la aprobación del Congreso.

 

Potencial de negocios

 

La industria iraní opera actualmente a 60% o 70% de su capacidad, perjudicada por una tecnología obsoleta y una economía inestable por las sanciones; sin embargo, otros sectores como la agricultura y el turismo tienen un gran potencial.

 

El mercado de consumo de Irán es de casi 80 millones de personas, la mayoría bien formada y altamente cualificada; el poder adquisitivo de los consumidores es elevado, con gran demanda de productos occidentales, especialmente electrónica de consumo, bienes duraderos y servicios, telecomunicaciones y finanzas.

 

Aunado a lo anterior, el nivel de apalancamiento de los hogares es bajo gracias a la ausencia de tarjetas de crédito y de actividad bancaria extranjera.

 

Infografía: Xavier Rodríguez