Niños en patines del diablo y bicicletas, de todos los tamaños y colores, jugaron ayer en el parque Abrahám Lincoln y América, en Polanco, para estrenar sus regalos que les trajeron los Reyes Magos.

 

Mientras unos recorrían la glorieta con su bicicleta y casco protector tratando de evadir un par de botes de basura que impedían la fluidez de sus carreras, otros se balanceaban en el columpio que sus mamás empujaban con fuerza.

 

En el parque América los abuelitos estuvieron presentes y se convirtieron en instructores de los pequeños para enseñarles a mantener el equilibrio mientras se deslizaban en sus patines.

 

El Día de los Reyes Magos no fue igual para todos, pues en los mismos parques un par de pequeños vendían golosinas y pedían monedas a los paseantes para engordar un cerdito de plástico.