Rafael Márquez, el capitán e hijo pródigo rojinegro, volvió al Atlas por la casaca que siempre le ha pertenecido, la número cuatro. Regresó para hacer campeón al Atlas, según dijo ayer en su presentación como flamante refuerzo zorro.

 

“Quiero aportar mi granito de arena, para poder conseguir algo importante en esta institución, que todo fiel rojinegro sabe que es un campeonato. Pero que no se gana con un jugador en la cancha, sino con todo un plantel”, dijo el capitán de la Selección Mexicana, quien tiene en sus ayeres logros, como los 12 títulos que obtuvo con el Barcelona, hoy reconocido como el mejor equipo del mundo.

 

Su paso por Europa, ya sea con el Mónaco, Barcelona, Hellas o en su aporte con el León, Márquez no cambia el amor a la camiseta rojinegra. “Tal vez cambia la parte visual, pero la parte del sentimiento, ese nunca va a cambiar, con ese sentimiento me fui y con ese he regresado. Lo que haya pasado hace 16 años para acá, queda en el pasado. Hoy hay gente nueva que está intentado hacerlo bien, está poniendo todo de su parte para darle alegría a esta afición que merece una alegría de un título”.

 

Márquez encaró a las voces que, a lo largo de su carrera, lo han tachado de grillero. “A veces he escuchado y la gente cree que soy ‘grillero’ en los equipos, pero mis ex compañeros no creo que puedan decir lo mismo. Intento ver lo mejor para el conjunto, para rendir en la cancha. Desde luego que ese liderazgo que me ponen es para tratar de que mis compañeros vayamos por la misma línea”, concluyó.

 

Profundo amor rojinegro

 

Podrá pasar en otros países (Carlos Tévez volvió al Boca Juniors de sus amores, cuando en Europa aún había jugosas ofertas que a golpe de euros lo querían entre sus filas), pero rara vez sucede en México. Por eso sorprende la vuelta de Rafael Márquez con los rojinegros.

 

Ni Hugo Sánchez y Luis García regresaron de sus aventuras europeas para vestir con los colores de la casa que les dio la luz. A la hora de volver a México, Sánchez (pentapichichi en España), escogió el dinero antes que su corazón azul y oro, y fichó con las Águilas del América. Mismo camino que tomó Luis García. Hoy Márquez se olvidó de los dólares y escogió el amor a los colores rojinegros.