“No saben perder”, fue la frase lapidaria de Darío Verón en la zona mixta, después de que su equipo derrotó al América, al menos en el marcador global, para clasificar a la Final del Apertura 2015.

 

En la recta final del partido, Carlos Darwin Quintero perdió la cabeza y se le fue encima al defensa auriazul. El americanista no compareció ante la prensa. Sin embargo, Moisés Muñoz  aseguró que Verón llamó “simio” a Quintero, acción que provocó la molestia del plantel de Coapa.

 

Según Verón, él estaba discutiendo con Osvaldo Martínez y Michael Arroyo, cuando el ecuatoriano llegó buscando pelea, sin que él dijera algo. A través de su cuenta de Twitter, el América desaprobó la acción, pidiendo eliminar el racismo. En 2010, el paraguayo fue sancionado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) por insultos racistas a Felipe Baloy.

 

Por su parte, en conferencia de prensa, Guillermo Vázquez, molestó por los cuestionamientos de la prensa sobre el desempeño de su equipo, aseguró que “así es como se juegan estos partidos. Hicimos lo que teníamos que hacer”. Además, justificó lo sucedido, con el argumento de que América no tenía nada que perder y, con la calidad de sus jugadores, pudo hacer lo que hizo. “Ya veremos después qué hacemos con quien nos toque en la Final”, dijo.

 

Evitan debacle en CU

 

Agarrados del travesaño y con el alma en un hilo, Pumas logró calificar a la Final del Apertura 2015, porque América se empeñó en autodestruirse. Los auriazules sudaron sangre para, pese a perder 3-1 en Ciudad Universitaria, tener un 4-3 global que los pone en la lucha por el título.

 

Durante todo el partido, Guillermo Vázquez sufrió por viejos fantasmas amarillos que, apenas en 2013, le amargaron la victoria cuando parecía que se coronaba con Cruz Azul. Ayer estuvo a un gol de quedar fuera de la Gran Final, de perder una la ventaja obtenida en el Azteca ante nueve hombres. En el Olímpico, sus Pumas se defendieron tanto que, al final, tuvieron que rezar para que el último disparo de Michael Arroyo, en el último minuto, no llegara a la portería.

 

Los azulcremas no dieron tregua. Se fueron al frente apenas al minuto nueve gracias a Darwin Quintero, quien tuvo una de las mejores actuaciones en el torneo. Fue el mismo ecuatoriano quien, al minuto 26, puso las cosas 2-0. América atacaba con todo y Pumas, como gato boca arriba, trataba de evitar un ridículo monumental.

 

Para el segundo lapso, el gol universitario en nada afectaba a los emplumados. Javier Cortés, que jugó de gratis por no salir expulsado cuando fracturó a Javier Güemez, anotó al 84, para incrementar la ventaja puma.

 

América se fue, de nuevo, autodestruyendo. Paolo Goltz  y Rubens Sambueza fueron expulsados, el primero, por doble amarilla y el segundo, por roja directa. Aún con nueve jugadores, las Águilas arrinconaron al puma y le clavaron el tercero, con gol de Andrés Andrade, al 86; y dejaron el marcador a tiro de piedra para pasar.

 

América siguió al ataque con dos tiros de esquina, con Moisés Muñoz lanzado al frente; disparos de aquí y allá, y una última posibilidad de Arroyo que se quedó en la barrera. Al final, Pumas, con susto, se llevó el pase para la Gran Final.