José Luis Guzmán, mejor conocido como Miyagi, ha publicado un libro jacarandoso -“regocijante”, diría él- en el que ha hecho una selección de frases, ¿memorables? ¿deplorables?, de algunos de nuestros políticos mexicanos.

 

Comienza desde la época de Gonzalo N. Santos y cierra con Enrique Peña Nieto y algunos de sus colaboradores (Rosario Robles y sus pobres, Arely Gómez en el caso de la fuga de El Chapo y por supuesto el célebre ex procurador Jesús Murillo Karam).

 

Aquí, dice Miyagi, “no hay resentimientos ni análisis sesudo, así que no se me espante. Es un libro divertido, regocijante, con anécdotas propias y lleno de desmadre”.

 

Y sí, algo hay de todo eso en el volumen. Y claro, para abrir boca, no podía faltar Gonzalo N. Santos, el célebre “padre putativo de todo el sistema político mexicano y damas que lo acompañan”.

 

La frase que eligió de El Alazán Tostado en primera instancia dice así: “…un pinche muerto más o menos no me va a quitar el sueño”.

 

Con esta frase respondió Gonzalo N. Santos a la acusación que se le hacía de haber participado en la muerte del vasconcelista Germán del Campo.

 

Claro, tampoco podía faltar la de Carlos Hank González (muy socorrida a la fecha): “Un político pobre es un pobre político”.

 

De aquellas frases grandilocuentes y/o absurdas del ex presidente Luis Echeverría Álvarez, el autor destaca esta chulada: “Antes estábamos a un paso del precipicio, ahora hemos dado un paso al frente”.

 

Pero no es la única. Ahí va otra: “Ni nos perjudica, ni nos beneficia, antes todo lo contrario”.

 

Sin embargo, aun cuando se le adjudica a Echeverría esa última, resulta que la frase fue en realidad de su secretario de Agricultura, Manuel Bernardo Aguirre, un político chihuahuense ranchero, parlanchín y muy afecto a los dichos campiranos. Y se refería a las incesantes lluvias de la temporada, jeje.

 

A propósito de mitos, Miyagi señala que la famosa frase que se le atribuye a don Fidel Velázquez, aquella de “El que se mueve no sale en la foto”, resulta que no es del sempiterno líder de la CTM, sino del viejo cacique de San Luis Potosí, Gonzalo N. Santos. Lo confiesa el propio don Fidel en una entrevista que le hicieron en 1975.

 

Y aquí va una que nos encanta. Es del ex gobernador de Guerrero Rubén Figueroa Figueroa, en tiempos de la sucesión de José López Portillo (1980): “Cuando dije que la caballada estaba flaca, le atiné… El presidente del PRI, Gustavo Carvajal Moreno, debe estar complacido de que le haya tirado al violín y pegado al violón”.

 

De Carlos Salinas de Gortari está, por supuesto, el “Ni los veo ni los oigo”, a propósito de la escandalera que le armaron los perredistas en su último informe de Gobierno (según el autor, la frase fue arreglada por los periodistas porque no fue tal cual).

 

El “No traigo cash” del sensible ex mandatario Ernesto Zedillo no podía faltar; el “Copelas o cuello” de Zhenli Ye Gon, refiriendo amenazas del entonces secretario del Trabajo, Javier Lozano; ni el “Yo sí gano…, como dicen en mi tierra, haiga sido como haiga sido” de Felipe Calderón en las elecciones de 2006.

 

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