Aunque en nuestro país la incidencia delictiva asociada a extranjeros representa una problemática latente, también resulta preocupante los casos en que los visitantes suelen convertirse en víctimas.

 

El caso más reciente fue el de dos surfistas australianos Dean Lucas P. y Adam Russell Coleman, quienes fueron reportados como desaparecidos desde el 20 de noviembre y cuya camioneta calcinada fue hallada con los presuntos cadáveres de ambos turistas en Navolato, Sinaloa. Pero no es un caso aislado.

 

El 19 de marzo de este año, el cadáver de un turista canadiense de 50 años fue hallado con numerosos golpes abandonado en El Tule, Los Cabos, en Baja California Sur. Las autoridades de este país se reservaron la identidad de la víctima y móvil del homicidio.

 

En julio del año pasado, Harry Devert, un joven motociclista franco-neoyorquino que buscaba llegar al Mundial de Futbol de Brasil fue localizado muerto en la región de Costa Grande de Guerrero. Desde el 25 de enero de 2014 se desconocía el paradero del joven que viajaba en motocicleta, y el último contacto con su familia fue cuando estaba en Michoacán.

 

En octubre del mismo año un hombre de Puerto Rico fue encontrado asesinado al interior de su departamento de la colonia Providencia, en Guadalajara. La víctima fue hallada por la empleada doméstica, y previo al hecho los vecinos indicaron que la noche anterior hubo una fiesta.

 

En febrero de 2013, el empresario Jan Sarens, de 59 años, ejecutivo de la empresa belga transnacional Sarens, fue asesinado en el estacionamiento de un centro comercial ubicado en el puerto turístico de Acapulco. La víctima quedó afuera de su auto Mercedes Benz con matrícula de la Ciudad de México, donde residía.

 

La madrugada del 2 de julio de 2012, fue localizado el cadáver de Armando Montaño, un joven periodista estadunidense de 22 años que trabaja como pasante para la agencia de noticias The Associated Press en la ciudad de México. Su cuerpo fue hallado en un hotel de la colonia Condesa donde se hospedaba.