Poco a poco nos acercamos a la última reunión de la Fed de este año y por consiguiente del Banco de México, en la que se definirá si en el caso del primero existen las condiciones claras para dar inicio a la normalización gradual de las tasas de interés.

 

La economía americana atraviesa por una desaceleración. Desde el segundo trimestre del año, cuando creció a una tasa de 3.9%, la segunda revisión del crecimiento al tercer trimestre del año registró un aumento de 2.1% y algunos indicadores del cuarto trimestre muestran signos encontrados para estimar que su crecimiento trimestral podría ser de 2.2 a 2.4%.

 

Esta semana habrá información relevante que nos pueda ayudar a evaluar la condición real de la economía y permita a los miembros de la Fed un análisis objetivo y si está preparada para el primer incremento en la tasa de interés de 25 puntos base, a pesar de que los futuros marcan una probabilidad de alza superior a 70%.

 

Vendrán datos ligados a la manufactura, que claramente vive una desaceleración importante al grado de que algunos indicadores se encuentran en la línea entre el crecimiento y la contracción. Este sector prácticamente no ha aportado empleos a la economía este año.

 

Así mismo, vendrán datos de empleo al mes de noviembre. El sector privado podría estar aportando entre 180 y 200 mil, mientras que el gobierno habría generado entre 10 y 15 mil, de acuerdo con las estimaciones, que en su conjunto rondarían las 200 mil plazas con una tasa de desempleo que podría permanecer en 5.0%. Bajo las condiciones actuales parece ser el indicador al que la Fed dará un mayor peso.

 

Se conocerá también el dato del ISM servicios que en julio pasado alcanzó su nivel más alto desde 2005 a la fecha, y que muestra un dinamismo importante. Será un dato que también pueda darle un sesgo en la decisión de la Fed, ya que este sector es el que mayor aportación tiene al PIB de Estados Unidos.

 

euroEn lo externo, destaca para este próximo jueves la reunión y decisión de política monetaria del Banco Central Europeo, cuyos miembros han externado una clara preocupación por los riesgos deflacionarios y el crecimiento modesto de la zona euro. En ese sentido, han dejada abierta la posibilidad de incrementar la compra de activos respecto al nivel actual, extender el plazo del programa más allá de septiembre de 2016 o incluso bajar más la tasa de depósito que ahora está en -0.2%. El resultado ha sido hasta ahora una depreciación del euro de más de 12% en el año versus el dólar.

 

Esta información, junto con algunos datos conocidos, muestra que la condición de la economía americana no crece en forma “uniforme”. El tema del consumo sigue “estancado” a pesar del crecimiento en el empleo y en la ganancia anual del salario. Por ello, los datos del Black Friday y del Cyber Monday serán de suma importancia.

 

La semana pasada se conocieron datos de ingreso y gasto personal que nos ayudan a evaluar si en general el americano está con la confianza de incrementar su consumo. El dato a octubre deja claro que el ingreso aumentó a una tasa anual de 4.1%, pero el consumo crece a un menor ritmo de 2.9% y, por lo tanto, su tasa de ahorro se incrementó de 5.3% a 5.6% y representa el mayor dato en tres años, lo que nos dice que el consumo está “contenido” y que a pesar de una mejora en el empleo, el consumo va dirigido muy específicamente a bienes durables como viviendas o autos, entre lo principal.

 

Al Banxico sólo le toca esperar la decisión de la Fed. Nuestra economía crece a un ritmo moderado, pero existe holgura para seguir “apoyándola”, ya que la inflación está en su menor nivel histórico, el empleo crece a un ritmo mensual de casi 60 mil plazas y la producción industrial lo hace a un ritmo lento. Sin embargo, ante el riesgo del movimiento de “flujos” deberá estar vigilante de que el mercado de divisas mantenga “orden”, que las tasas de interés domésticas sigan siendo “atractivas” en las inversiones de los manejadores de fondos globales nacionales e internacionales.