BUENOS AIRES. Mauricio Macri fue elegido nuevo presidente de Argentina. El alcalde de la Ciudad de Buenos Aires se impuso por un claro margen en la segunda vuelta presidencial que lo enfrentó con Daniel Scioli, el hombre designado por la mandataria Cristina Kirchner para intentar retener el poder tras doce años de la llamada era “K”.

 

Por primera vez, el país definió su nuevo mandatario a través de un  balotage. El resultado ya se podía adivinar en las primeras declaraciones públicas de los dirigentes de ambos espacios. Por un lado, los de Cambiemos se mostraban eufóricos y hablaban del “nuevo país” que comenzará el 10 de diciembre, mientras que del lado del Frente para la Victoria, con caras largas, pedían cautela y hacían alusión a un “triunfo de la democracia”.

 

Renovación política

 

Con el triunfo de este domingo, el empresario, ex presidente de Boca Juniors, tiene por delante no sólo el objetivo de emprolijar la economía, profesionalizar y hacer más eficiente el estado, desterrar el narcotráfico y reducir los índices de inseguridad.

 

Para llegar a la Presidencia, Macri creó un perfil de ciudadano medio, con un aspecto desenfadado y una campaña audaz e innovadora, basada en el contacto personal y volcada en las redes sociales, más eficaz que las multitudinarias concentraciones del peronismo.

 

Un peronismo dividido y distanciado del núcleo duro del kirchnerismo colaboró con la estrategia de Macri para escalar posiciones. Su gran desafío fue convencer a los argentinos de que, por primera vez, era necesaria una segunda vuelta para elegir a su presidente. Lo logró el 25 de octubre.

 

Solo tres puntos le separaron del candidato oficialista, Daniel Scioli, en la primera ronda. Y asestó, además, un golpe estratégico al peronismo: ganó la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral, determinante en una elección presidencial.

 

A medida que crecía políticamente, los argentinos han sido testigos de la evolución de Macri. Se afeitó el bigote, cambió los trajes y la corbata por cazadoras, camisas claras y “jeans”, y no tuvo empacho en cantar y bailar en público para celebrar sus triunfos electorales.

 

“Voy a dejar lo que tengo y lo que no tengo para que los argentinos tengan mejores oportunidades”, prometió Macri el jueves, en su cierre de campaña, en el empobrecido norte argentino.

 

A partir del 10 de diciembre, cuando asuma la Presidencia, tendrá la oportunidad de demostrarlo.