WASHINGTON. El premio Nobel de Economía 2015, el británico-estadounidense Angus Deaton, criticó hoy el “dudoso valor social” de las actividades de algunos de los más ricos, al citar por ejemplo Wall Street y la industria farmacéutica, y expresó su “preocupación” por la excesiva influencia del dinero en la democracia.

 

Algunos de los ricos de ahora en Estados Unidos vienen de actividades cuyo valor social es dudoso. Eso me preocupa, ya que incentiva una mala utilización del talento”, explicó Deaton en una conferencia organizada por el diario The Wall Street Journal.

 

El economista de 70 años señaló que la desigualdad “tiene aspectos positivos y negativos”, al señalar que en ciertos casos, por ejemplo, fomenta la innovación y el progreso.

 

“Mi preocupación es que la gente que está en la zona de ingresos más altos retire la escalera de ascenso económico, para evitar que otros accedan y se dedique a vivir de rentas”, señaló.

 

Deaton es en la actualidad profesor de Economía y Relaciones Internacionales de la cátedra Dwight D. Eisenhower en la Escuela Woodrow Wilson de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Princeton.

 

Sus estudios se han centrado en establecer relaciones entre las elecciones individuales y los indicadores agregados, poniendo en contacto el mundo de la microeconomía con el de la macroeconomía.

 

En su intervención, Deaton apuntó que “mucha gente en Wall Street o la industria farmacéutica está ganando mucho dinero, pero con trabajos con dudosos efectos sobre el resto de la sociedad“.

 

Asimismo, sostuvo que el actual alza en la desigualdad de ingresos tiene adversas consecuencias sobre la calidad democrática.

 

“No creo que estemos en una plutocracia, pero me asusta que algunos tienen más influencia política, mientras que a otros se les está privando de derechos”, dijo el autor del libro “The Great Escape” de 2013, en el que analiza los avances sociales en materia de salud y reducción de pobreza global.

 

Deaton reconoció, no obstante, que la cuestión de la desigualdad depende de cómo es percibida en diferentes sociedades.

 

“A los estadounidenses les gusta más la desigualdad que a los europeos. Por ello, son mucho más tolerantes al riesgo”, afirmó Deaton, quien está casado con la también economista Anne Case.

 

“El equilibrio va a ser diferente en diversas sociedades. Lo importante es que tengamos un debate democrático sobre dónde queremos estar en esta cuestión”, concluyó, ante una audiencia predominantemente compuesta por consejeros delegados de grandes empresas.