En el comunicado en el que el Estado Islámico reivindica la autoría del atentado terrorista en París, califica a la ciudad francesa como “la capital de la prostitución y la obscenidad”. Eso explicaba, en parte, el objetivo de los yihadistas. Sin embargo, ¿dónde y cómo nace el odio de los fundamentalistas islámicos contra los parisinos?

 

En menos de un año, París se vio conmovida por dos ataques terroristas: Charlie Hebdo (y un supermercado kosher) y los sucesos de la noche del viernes 13 de noviembre. Pero ya desde 2014, el EI advertía a los franceses y emitía durísimos y amenazantes comunicados contra la ciudad luz.

 

“Golpea su cabeza con una roca. O mátalo con cuchillos o atropéllalo con tu automóvil o empújalo desde un lugar en altura o asfíxialo o envenénalo. Especialmente a los sucios y despreciables franceses”. Ése fue el enunciado que pronunció Abu Mohamed al Adnani, vocero de la organización terrorista, en septiembre de 2014.

 

En su comunicado reivindicatorio de los ataques terroristas de París, el EI señala que los hechos fueron en respuesta a los ataques aéreos de Francia en tierra siria. Pero esa explicación no es suficiente teniendo en cuenta la poca participación del gobierno de Francois Hollande en las incursiones de la coalición en Medio Oriente. “El 95% de los ataques aéreos contra el EI en Siria e Irak son iniciativa de los Estados Unidos”, explicó al diario El País el director del Grupo de Estudios del Mediterráneo y Medio Oriente de la Universidad de Lyon, Fabrice Balanche.

 

“Es un ataque a nuestros valores. Los valores de la Ilustración del siglo XVIII, contrarios a su visión totalitaria del mundo”, indicó el ex ministro Jack Lang, cabeza del Instituto del Mundo Árabe en París. “Atacan a todo Occidente, pero Francia es un país especialmente simbólico: es el lugar de la Revolución de 1789 y del Siglo de las Luces”, añadió.

 

Francia es –o representa– todo lo contrario al islam extremo. “Es el país al que más apunta el EI por defender un sistema de valores en las antípodas del suyo”, expresó Balanche. Por su parte, Jean-Charles Brisard, analista internacional, da una explicación similar a la de su coterráneo: “El apego de los franceses a los valores republicanos, en especial el laicismo, es algo que contraría al islam radical”.

 

Otra de las explicaciones que encontró el diario español El País es histórica. Francia y el Reino Unido se “repartieron” los restos del Imperio Otomano cuando éste cayó a principios de siglo pasado. Entre los países que formaron parte del plan geográfico y político de las naciones europeas figuraron Siria, Irak y el Líbano. Esa presencia “ilustradora” nunca habría sido olvidada por los extremistas.