La maternidad subrogada en México es una práctica no regulada y que en algunas entidades se realiza en la clandestinidad.

 

Si bien en estados como Tabasco y Sinaloa el código civil la reconoce, las leyes de salud la ignoran por completo creando un vacío legal.

 

En Tabasco, por ejemplo, no hay datos de cuántos niños han nacido bajo este procedimiento a pesar de que se ha permitido desde hace 18 años.

 

La senadora del Partido Revolucionario Institucional, Mely Romero Celis, impulsa una reforma a la Ley General de Salud federal que busca prohibir esta práctica ya que considera a la maternidad subrogada como una variante de la trata de personas, pues se le paga a una mujer para que venda a su hijo.

 

“La maternidad subrogada está creciendo de manera importante en nuestro país porque es un negocio multimillonario para empresas que se dedican a eso, a reclutar a mujeres para gestar un bebé a cambio de una cantidad económica, lo entregan una vez que nacen a cambio de dinero”, aseguró la legisladora.

 

La maternidad subrogada es el procedimiento por el cual una mujer lleva el embarazo y da a luz a un bebé que le pertenece genéticamente y legalmente a otras personas. El embarazo es mediante técnicas in vitro y la patria potestad es de la pareja que contrata, sin que la mujer gestante tenga derechos de reclamarlo.

 

En México, sólo Tabasco y Sinaloa reconocen esta figura, pero sólo en sus códigos civiles, esto para que los padres que solicitaron la maternidad subrogada puedan registrar al bebé con sus apellidos, no hay mención en leyes de salud o de otro tipo para regular el procedimiento; en cambio, Coahuila la tiene prohibida totalmente y Querétaro de manera parcial.

 

Romero Celis explicó que como las otras 28 entidades federativas no la tienen en sus normas y mucho menos regulada, personas forman agencias informales para promover esta práctica sin rendirle cuentas a nadie aprovechando el vacío legal.

 

“Está sucediendo en Guerrero, Michoacán, Estado de México, Quintana Roo de manera clandestina o ilegal. Hay otros países donde esta práctica era muy común pero por todas las consecuencias negativas que ha habido en estos países se está restringiendo o se prohibió, y resulta que como México tiene la ventana abierta pues todos se vienen para acá”, añadió la senadora.

 

Uno de los pocos estudios al respecto es el libro Maternidad subrogada, explotación de mujeres con fines reproductivos, el cual fue patrocinado por la Cámara de Diputados y el Early Institute.

 

Uno de sus autores, Marcelo Bartolini, explicó que la maternidad subrogada es una mercantilización de los bebés, donde además explotan a mujeres de bajos recursos para rentarles su cuerpo sin garantías legales.

 

“Detrás de este discurso romántico lo que en realidad encontramos es un mercado internacional que vale mucho dinero. Para dar una referencia en la India el mercado vale 2 mil millones de dólares al año”.

 

Bartolini dijo que la explotación es tanto económica como legal, pues mientras las agencias cobran hasta 45 mil dólares, a las mujeres que se rentan les pagan 45 mil pesos, quienes se ven indefensas en caso de que exista algún problema.

 

“Lo que no explican es que cuando acuden a firmar el contrato es que se trata de una simulación el contrato, lo único que encontramos es que muchas veces no tienen capacidad de negociación del clausurado o información previa de lo que están firmando pues no las asesoran”, aseguró.

 

Por estas razones, para Bartolini no hay duda de que la maternidad subrogada es trata de personas, pues se explota a mujeres y se obtiene a un bebé a cambio de dinero.