PARÍS. La economía mexicana, que ha sufrido repetidos retrasos en su recuperación en los últimos años, debería tener un crecimiento limitado al 2.3% este año, según la OCDE, que anticipa una aceleración hasta el 3.1% en 2016 y al 3.3% en 2017.

 

En su informe semestral de Perspectivas publicado hoy, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) corrige a la baja las estimaciones que había hecho en mayo, cuando calculaba una progresión del Producto Interior Bruto (PIB) de México del 2.9% en 2015 y del 3.5% en 2016.

 

De acuerdo con este nuevo escenario, pese a que las condiciones financieras globales siguen siendo delicadas, la recuperación en México se va a sustentar en la fuerte demanda procedente de Estados Unidos y la depreciación del peso, que favorecen a los sectores exportadores.

 

El principal riesgo que pesa sobre ese escenario es la volatilidad asociada al esperado giro de la política monetaria de Estados Unidos (el comienzo de la subida de tipos), pero también las incertidumbres sobre la situación de algunos países emergentes clave (en particular Brasil y China) que podrían generar una salida de capitales de México.

 

Un riesgo que los autores del estudio estiman que hay que relativizar teniendo en cuenta el gran volumen de reservas de divisas que ha acumulado.

 

La OCDE insistió en apoyar la implementación de las reformas estructurales que ha puesto en marcha la Administración para obtener suficientes incrementos en la inversión y en la mejora de la productividad.

 

A ese respecto, hizo notar que reforzar el sistema legal es uno de los principales retos, y aludió a la reforma que se espera en 2016.

 

El conocido como el Club de los países desarrollados constató que la inflación está a unos niveles históricamente bajos, y eso pese al efecto de la depreciación del peso: este año se situará en el 4.9% de media, antes de descender al 3.3% en 2016 y al 2.8% en 2017.