El ardid de Ricardo Monreal se topará con pared.

 

Difícilmente verá el fruto deseado en alguna de sus denuncias presentadas para hacerse de popularidad y cimentar desde ahora su campaña rumbo a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal (GDF).

 

A los datos:

 

Primero denunció amenazas y hasta ahora los investigadores no tienen prueba alguna para identificar a los probables responsables y mucho menos para proceder a su persecución, detención y consignación.

 

Tampoco están sustentados los supuestos intentos de corrupción con los aproximadamente millón y medio de pesos, más unas corbatas, dejados en su oficina quién sabe por quién, quién sabe para quién y quién sabe con qué fines.

 

Tal vez hubiese sido posible seguir la ruta del dinero pero Ricardo Monreal, doctor en Derecho y por ende no neófito, no llevó las pruebas al Ministerio Público porque optó por depositarlas en las arcas, donde se perdieron las pistas.

 

Y mucho menos será posible fincar responsabilidades por el dizque espionaje en sus oficinas de la delegación Cuauhtémoc con cámaras y micrófonos sin funcionamiento posible ni conexión a parte alguna.

 

–Patrañas –dicen los investigadores.

 

El inútil espectáculo de autoflagelación

 

Seguramente el no ejercicio de la acción penal generará reacciones.

 

Unas serán de Ricardo Monreal y otras, más ácidas, provendrán de Morena y eventualmente de su dueño único, Andrés Manuel López.

 

Cuando se hayan agotado las posibilidades de dar con los potenciales –o reales– culpables, la gente de Rodolfo Ríos Garza deberá sustentar jurídicamente su decisión.

 

De lo contrario, todos los casos serán utilizados para invocar la ineficiencia del aparato procurador de justicia y de esa manera generar mayores simpatías a quien desde 2014 aspira a suceder a Miguel Mancera.

 

–Me será más difícil ganar la delegación Cuauhtémoc en 2015 que la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal en 2018 –dijo el zacatecano en aquel tiempo.

 

Y ha sabido promoverse.

 

Todos recordamos la reacción de Monreal cuando el dirigente perredista en la capital, Raúl Flores, presentó una denuncia por aquel dinero de origen desconocido.

 

El discípulo más avanzado de López se presentó ante la Procuraduría General de la República (PGR) con declaraciones de estar dispuesto a pagar con la libertad su lucha contra la corrupción.

 

Nadie lo perseguía por ello.

 

Pero en fin, no debe tardar la decisión del Ministerio Público y veremos más circo de autoflagelación.

 

Peña junta a adversarios políticos en BCS

 

1.- En provincia, todos sabemos, los gobernantes fungen hasta de consejeros de amor.

 

No es el caso del presidente Enrique Peña, pero sí de gestor para resolver diferencias políticas en algunas regiones.

 

Sucedió, por ejemplo, en Baja California Sur.

 

El miércoles, durante su gira, llamó a los dos ex contendientes por el estado, el gobernador panista Carlos Mendoza y el priista Ricardo Barroso y los hizo darse un saludo.

 

-Así que a trabajar por Baja Sur –fue la orden.

 

2.- Dos decisiones importantes se tomarán este fin de semana.

 

En la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) 14 miembros de la Junta de Gobierno decidirán al sucesor de José Narro con dos favoritos, Rosaura Ruiz y Sergio Alcocer.

 

Sólo la polarización puede dar sorpresas.

 

Y en el PRD, Agustín Basave lleva la delantera impulsada por Los Chuchos, amos del control interno.

 

3.- Panistas y perredistas tienen casi lista su alianza para ir con un solo candidato por Veracruz.

 

¿Y al final, pregunta el dirigente priista Manlio Fabio Beltrones, quién gobernará?

 

Hasta ahora esas sociedades no saben qué hacer cuando triunfan, con serios daños a la gobernabilidad y a los estados.

 

Y 4.- también en Veracruz se desarrolla el encuentro What’s the point, impulsado por el empresario Ricardo Salinas Pliego, donde filósofos, artistas y representantes de la sociedad aportan ideas para transformar el futuro.