El Senado de la República invitó formalmente al Papa Francisco, para que en su visita a México asista en sesión solemne a dirigir un discurso en la sede del Congreso

 

El presidente del Senado, Gil Zuarth,  asistió a la Nuncia Apostólica acompañado por los presidentes de las comisiones de Relaciones Exteriores e integrantes de la Mesa Directiva, quienes fueron recibidos  por Christophe Pierre.

 

Zuarth dijo que se debe reestablecer y fortalecer el diálogo entre la política y los hechos religiosos, porque “creemos que es un buen momento para que este diálogo fortifique, no solamente nuestra visión de la política y de las políticas públicas, sino también la esperanza de los mexicanos”.

 

Señalo que el  Senado es un espacio de libertades, de pluralidad y donde se ha demostrado sensatez y responsabilidad al momento de tomar decisiones.

 

Por su parte,  la senadora Gabriela Cuevas, presienta de la Comisión de Relaciones Exteriores, aseguró que el Nuncio mostró apertura y receptividad al planteamiento de los legisladores, aunque adelantó que la decisión será tomada directamente en El Vaticano.

 

“Acudimos un grupo plural de la Mesa Directiva y todos los presidentes de las comisiones de Relaciones Exteriores a hacer esta entrega y hablamos varios explicando que es importante que el Papa puede acudir al Sedano y dirigir un mensaje que puedan escuchar todos los mexicanos”, dijo.

 

En tanto, Christophe Pierre, nuncio apostólico en México, destacó que se trata de una invitación muy positiva, porque a pesar de tratarse de una visita pastoral, existe un precedente “que todos hemos admirado” en la visita que hizo el Papa al Congreso de Estados Unidos.

 

Comentó que ve positivo que el Senado  promueva una relación con todas las religiones, con la finalidad de mejorar las relaciones, porque “es esencial”; y que los representantes populares tienen un papel importante, pero no pueden separar la dimensión religiosa de la vida de la Nación.

 

“No quiere decir que todo debe ser mezclado, cada uno en su lugar, hay una separación necesaria, pero no una marginalización, porque al final la libertad religiosa no es un privilegio de una religión o iglesia, sino un derecho humano”, comentó el Nuncio Apostólico.