Dice el secretario de Servicios a la Comunidad de la UNAM, Enrique Balp Díaz, en una carta aclaratoria, que “de los dieciséis distinguidos universitarios que han expresado su interés por participar en el proceso de sucesión de la Rectoría de la UNAM, catorce son mis amigas y amigos…”

 

Según usted, agrega, algunos “contendientes” se quejan de que yo apoyo, con recursos institucionales, a un candidato, y que por tal razón debo renunciar. Si usted, o las personas que le han informado, demuestran que apoyo a ese candidato con recursos institucionales, haga públicas las pruebas y yo renuncio a mi cargo. Si no tiene elementos usted o sus informantes, reconózcalo en su propia columna, demanda.

 

Como suele suceder con las “aclaraciones” que hacen los funcionarios públicos a los periodistas que nos atrevemos a lastimar su delicada piel de cebolla con el pétalo de una crítica, no logran refutar los argumentos centrales de la crítica, sino que pretenden escapar por la tangente, como es el caso del señor Enrique Balp Díaz, quien montó en sagrada cólera por la mención que se hizo en esta Agenda Confidencial del apoyo ilegal e ilegítimo que está brindando –con recursos de la UNAM– al pre-pre-precandidato a la Rectoría Sergio Alcocer, también conocido por la comunidad universitaria como “el candidato oficial”.

 

image_23El señalamiento lo hacen algunos de los contendientes, y esta columna lo recogió por varias razones: primero porque los informantes poseen la suficiente autoridad moral para denunciar el “cochinero” en que parece estar convirtiéndose la sucesión en nuestra máxima casa de estudios; en segundo lugar porque ya es un escándalo público el intento del suspirante Alcocer de quitarle lo parejo al terreno en que se mueven sus contrincantes, y por último, porque la UNAM merece algo más que la triste combinación de grilla, polaca y tenebra que ha desatado el señor Alcocer.

 

Queda en pie la pregunta que Enrique Balp Díaz no quiso, no pudo o no le conviene responder: ¿Está apoyando con recursos institucionales y desde lo oscurito el desbocado intento de su amigo Alcocer para ocupar el cargo de rector?

 

Y ya que hablamos de la “grilla por la silla” en la UNAM, dice Francisco Gonzalo Bolívar Zapata, otro de los suspirantes, que el haber trabajado tres años en el gobierno federal no lo hizo empleado del mismo. Aclara que no es del PRI, ni del PAN; tampoco del PRD. Que su único partido es la UNAM. ¿Tú le crees a Francisco? Nosotros tampoco, responden maestros, alumnos, trabajadores, investigadores… y hasta El Mosh.

 

Pero si bien legalmente puede el doctor Bolívar Zapata ser candidato, lo debe pensar detenidamente al igual que los cinco miembros de la Junta de Gobierno que han sido sus compañeros en la misma durante varios años. Más aún, aquél conoce la Junta por dentro y esto supone una ventaja que nadie tiene. Lo mejor sería que declinara su participación, o en su caso, que la Junta no lo considere para no comprometer a los miembros, pues sería medio desaseado.

 

AGENDA PREVIA

 

De gira artística por Londres, Inglaterra, el director general de Nacional Financiera, Jacques Rogozinski, hizo saber que en materia de cambio climático, “Nafinsa Verde” implica ya una inversión total equivalente a seis mil millones de dólares con diversos proyectos de energía renovable en nuestro país. Nada despreciable la cantidad, si se considera que, según la OCDE, en 2014 las fuentes de financiamiento público y privado que los países desarrollados movilizaron en el marco de la lucha contra el cambio climático alcanzaron los 62 mil  millones de dólares.

 

Y ya que nos referimos a las instituciones de la “banca del subdesarrollo”, el Banco Nacional de Comercio Exterior, que por cierto está descabezado desde hace más de un mes, informó sobre su regreso triunfal a los mercados internacionales de renta fija –después de más de una década de ausencia– con la colocación de un bono por mil millones de dólares a 10 años que otorgará un rendimiento de 4.410% y pagará un cupón de 4.375% anual.