No fueron nombramientos comunes.

 

El mensaje va más allá.

 

Primero un antecedente:

 

Cuando era gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto tenía un consultor de todas sus confianzas y le encomendaba asuntos muy delicados, altamente confidenciales.

 

Era Otto Granados Roldán.

 

Una relación de años atrás, cuando Granados Roldán generó imagen y tendencias para Arturo Montiel, un proyecto malogrado cuando se enfrentó a Roberto Madrazo por la candidatura presidencial del PRI.

 

Llegado al poder federal, Peña Nieto cumplió a Granados Roldán su sueño de regresar a la embajada de México en Santiago de Chile, donde había estado a fines del siglo pasado por encargo de Ernesto Zedillo.

 

Con este antecedente, el arribo de Granados Roldán a la Subsecretaría de Planeación y Evaluación de Políticas Públicas no puede verse como una casualidad.

 

Es el principal cuadro incorporado a la SEP por Aurelio Nuño y no será tarde cuando todos tengamos mayores detalles de su encomienda mayor.

 

Un secretario en plena exposición, como demostró ayer en Mérida, donde anunció, con el gobernador Rolando Zapata, la creación de la Universidad Politécnica de Yucatán, pionera en su tipo en México.

 

Giras así serán constantes, al menos una por semana.

 

TREVIÑO Y LA REFORMA EN CADA AULA

 

Dos serán los pilares sobre los cuales trabajará Aurelio Nuño.

 

Dicha está la importancia de Otto Granados Roldán en la Subsecretaría de Planeación y Evaluación de Políticas Públicas, de tinte eminentemente político tanto para el titular como para la dependencia.

 

El otro soporte será la Subsecretaría de Educación Básica.

 

Removido de Planeación y Evaluación, el regiomontano Javier Treviño deberá cargar con la responsabilidad de instrumentar, en cada escuela y en cada aula, la reforma educativa.

 

Nada nuevo en él.

 

Suya fue gran parte de la estrategia con la cual el Estado ha recuperado la rectoría escolar de Oaxaca, donde imponía su ley desde hace casi cinco lustros la CNTE a través de la temible Sección 22.

 

Político de estrategia y habilidad, Treviño estuvo encargado interinamente de la Secretaría tras la salida de Emilio Chuayffet hasta la llegada de Nuño, con quien se entiende de maravilla.

 

Falta un tercer movimiento, el de la Subsecretaría de Educación Superior.

 

Ahí despacha Efrén Rojas, en espera de su relevo.

 

PAG-8-2_CUARTOSCURO_aurelio-NuñoNuño completa el cuadro de apoyo en la SEP con Héctor Gutiérrez de la Garza, también regiomontano y muy cercano a Manlio Fabio Beltrones.

 

Gutiérrez de la Garza llega aparentemente a un organismo sin mucho peso, el Instituto Nacional de Infraestructura Física Educativa, pero vaya un dato: entre otras cosas manejará los 50 mil millones de pesos de bonos para la rehabilitación de escuelas.

 

Nada más.

 

POR FIN JUSTICIA CIVIL PARA MILITARES

 

A muchos les pasó desapercibido un hecho: la liberación de cuatro militares acusados de ejecuciones en Tlatlaya fue dictada por un juez civil y no de la justicia castrense.

 

Rubén Darío Noguera Gregoire es juez Décimo Cuarto de Distrito en Procesos Penales y, de acuerdo con su sentencia, la PGR no ofreció pruebas suficientes.

 

La acusación partió “de un invento de dos mujeres sobrevivientes. Las usaron como testigos de cargo pero ambas con declaraciones tan contradictorias que se vuelven inverosímiles”, declaró el abogado Juan Velásquez.

 

El dato de trascendencia es:

 

Varias organizaciones no gubernamentales han pedido desde hace años la aplicación de la justicia civil a militares por delitos cometidos contra la población en el desarrollo de sus encomiendas.

 

Habrá inconformidades, quién lo duda, pero es posible prever el desenlace para los tres soldados todavía bajo proceso: pronto recuperarán su libertad.