No es broma, el suelo marciano tiene características muy similares al subsuelo chilango, o cuando menos hay indicios de que es así.

 

La primera vez que leí sobre ese parecido fue en 2004. Se trataba de un análisis realizado por del Dr. en Aeronáutica Espacial, especializado en las propiedades de los materiales, Ricardo Peralta y Fabi, así que fui a buscarlo para platicar sobre el tema.

 

El investigador, quien además fue el astronauta sustituto de Rodolfo Neri Vela, en caso de que le sucediera algo antes de que se realizara la primer misión de un mexicano en el espacio, me comentó sobre su trabajo, parte del cual se puede leer en el libro Del Espacio al Subsuelo, editado por el Fondo de Cultura Económica.

 

marte_efeEl parecido del suelo del planeta rojo con el de la Ciudad de México se basó, principalmente, en el análisis de fotografías y la información de un espectrómetro enviado a Marte y cuyas imágenes y datos comenzaban a recibirse en ese año.

 

En ese momento Peralta y Fabi llevaba 25 años estudiando el subsuelo de la Ciudad de México y le llamó la atención que la información que se recibía de Marte tenía algunas similitudes con la que había obtenido al estudiar el subsuelo chilango.

 

Observó esferas similares a las de la pirita que había visto en sus estudios, y añadió a las imágenes y datos recibidos un mayor contexto: el paralelo entre las geologías de Marte y la Tierra en su origen volcánico y la presencia de agua, que en ese momento, apenas se suponía.

 

“Marte cuenta con el volcán más grande que se conoce en el sistema solar, es un planeta que tuvo vulcanismo y al tener vulcanismo el material que está adentro del planeta tuvo que haber salido”.

 

“La presencia de hematita y sulfatos, obviamente con una importante presencia de óxidos de fierro, hace que de los sulfatos y el fierro generen una serie de combinaciones que son bastante comunes en la geología terrestre, y ahora se ve que también en la marciana”, me explicó para un texto que en ese entonces publiqué en el periódico Reforma.

 

Las similitudes

 

Según la información de que disponía, los materiales que se podrían observar en Marte y en la Tierra eran: las esferas de pirita, que es mejor conocida como el “oro de los tontos”, muy similares a las que él había observado en el subsuelo del Valle de México y la misma hematita.

 

“En situación terrestre, estas concreciones se forman cuando hay presencia de alta cantidad de sales, de sulfatos y hematita”, me explicó. 
El de la Ciudad de México es un suelo lacustre a donde ingreso material de todos los volcanes que rodean el valle. Y el origen de la salinidad del lago no tuvo que ver con el mar, sino con las sales que provienen de la actividad volcánica, me explicó.

 

El investigador tomó la información como un dato curioso y no se atrevió a afirmar que en Marte había agua, pero sí me dijo que existía la posibilidad, debido a los materiales que había observado. Eso, 11 años antes de que la NASA informara que había encontrado pruebas de la existencia de agua líquida en ese planeta.