No, Pumas (que de nuevo ya es líder) no ronronea, menos en CU, donde han sido devorados todos los equipos que lo han visitado: Monterrey, Atlas, Dorados, Veracruz, Tigres y ahora Chivas, que había provocado a los felinos con un desplegado que advertía la llegada de “papá” al Olímpico Universitario y, a cambio, tuvo que salir con la derrota por la mínima diferencia y la vuelta al antepenúltimo lugar de la tabla porcentual, donde el fantasma del descenso los atormenta.

 

El Rebaño no pudo abrir a la zaga felina, invicta en Ciudad Universitaria, una cancha donde no sólo han ganado todos sus partidos, sino que no han recibido un gol en la campaña. De eso fue víctima, el chiverío, porque sus artilleros dejaron la puntería en la dosis de motivación que su técnico les dio para los primeros tres partidos de Liga dirigidos.

 

Y es que el duelo de ayer significó para Matías Almeyda la primera derrota en su corta etapa con los rojiblancos. El problema es que se topó con un equipo ordenado, durísimo en su estadio, de gran oficio, motivado para dejar en claro que ellos no ronronean y que Chivas está muy lejos de ser “papá”, como lo había pregonado Guadalajara en un desplegado que su presidente, Jorge Vergara, aprobó para su publicación en varios periódicos de circulación nacional.

 

Pumas ganó con un penalti que convirtió Eduardo Herrera sobre el minuto 41, que los confirmó como la ofensiva más temible del certamen.