RIAD. Una estampida de fieles musulmanes en las afueras de la ciudad saudí de La Meca causó hoy 717 muertos y 863 heridos, en la que es la peor tragedia en la peregrinación hacia la ciudad santa del islam o “hach” desde 1990, cuando murieron mil 426 personas.

 

Según informó la Defensa Civil saudí en un comunicado, la avalancha de fieles se produjo por el aumento en el flujo de peregrinos y la entrada repentina de muchos de ellos hacia el área donde estaba previsto que se realizara el ritual de, conocido como “La lapidación del Diablo”.

 

En el mismo camino, los fieles entraban y salían para cumplir con el rito del lanzamiento de guijarros para lapidar tres columnas que simbolizan las tentaciones del diablo.

 

En una rueda de prensa, el vocero del Ministerio saudí del Interior, Manur al Turki, explicó que la tragedia se debió “a una avalancha que se produjo en una encrucijada que fusiona dos calles de peatones en una sola que lleva a (la vecina localidad de) Mina”.

 

Por su parte, el ministro saudí de Sanidad, Jaled al Falah, culpó a los peregrinos de lo sucedido y subrayó que “la aglomeración y el incumplimiento de las instrucciones (por parte de los fieles) fueron las causas del incidente”.

 

Asimismo, añadió que muchos peregrinos “caminan en dirección contraria” y realizan los rituales “fuera de los horarios establecidos”.

 

Con el objetivo de aclarar los detalles, el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Naif Abdelaziz, que es también ministro del Interior, ordenó la formación de una comisión de investigación.

 

Un testigo identificado como Nabil, dijo que “algunos peregrinos insistieron en volver, después de lanzar las piedras, por el mismo camino de ida”, lo que provocó el aumento del número de personas y la confusión.

 

La peregrinación a La Meca constituye uno de los cinco pilares del islam junto a la “shahada” (profesión de fe), la limosna, la oración y el ayuno en el mes de ramadán.