Estoy impactada porque la publicidad y el morbo logran muchas cosas. Algunos critican Big Brother, pero lo están sintonizando para ver qué pueden hacer los chavos que sorprenda o que te mantenga pegado a la pantalla. La transmisión es permanente, y hay quienes por curiosidad se meten a ver qué están haciendo, pero lamentablemente estos inquilinos no tienen nada que ofrecer, y más bien se trata de ver quién es el más audaz para dar de que hablar.

 

¿Con qué empezaron algunos? Pues quitándose la ropa. Es una pena que en estos días lo que llame la atención sea desvestirse o acostarse con alguien. Estoy segura que no es un reflejo de toda la juventud, pero ellos eligieron a chavos que están dispuestos a lo que sea con tal de ser famosos.

 

columna big brother

 

Adela Micha está al frente de la emisión, se le notan las tablas, lo hace muy bien, pero no creo que sea un privilegio comandar una casa donde no hay más que un léxico lamentable y escenas de alto contenido sexual. Adela ha hecho entrevistas con grandes personalidades y no tiene nada que hacer ahí, no combina con esos chicos, ya que sólo les puede preguntar sobre qué groserías se saben y sobre quién anda con quién.

 

A los jóvenes les puede parecer divertido, lo entiendo, ves un rato la televisión y te ríes de lo que hacen los demás, pero simplemente no aporta nada, no suma y se parece a Acapulco Shore, cuando no era la idea; pero en fin, también es muy fácil cambiarle de canal y dedicarse a algo más provechoso…

 

Una noticia que nos dejó helados fue el asesinato de los familiares de Alejandro Gómez Monteverde, director de la película Little Boy. Su papá, Juan Manuel Gómez Fernández y su hermano, Juan Manuel Gómez Monteverde, fueron asesinados tras dos semanas de secuestro cerca de la frontera de Tamaulipas.

 

¡Qué terrible vivir estas experiencias y no poder hacer nada! Se dan miles de secuestros y muertes inexplicables y todo sigue igual. Los que pueden salen huyendo al extranjero, ¿pero qué hacemos los demás?, uno puede tomar ciertas precauciones, pero cuando te toca no hay cómo moverte, como le pasó recientemente a Irán Castillo, quien con tristeza dijo: “Le ha pasado a mucha gente, no me gusta hablar de eso, los secuestros no son un tema nuevo, pasa todos los días y hay que salir adelante”. Acabamos resignándonos, se van acabando las fuerzas para luchar y alzar la voz porque las autoridades no hacen nada, simplemente no responden…

 

Pasando a otros asuntos, está de risa loca lo que les pasó a los productores de la obra 666, Uberto Bondoni nos contó que en la aduana le detuvieron el paso a un artículo que es parte de la escenografía.

 

El problema es que es un pene gigante, por ello decidieron resguardarlo alegando que no puede pasar a territorio mexicano, pues desconocen si es una planta o insecto que pueda dañar al ser humano… ¡qué graciosos los encargados de la aduana! que calificaron de esa manera a un objeto de plástico que sólo es parte de la utilería. Cosas que pasan sólo en México.

 

Hay más… pero hasta ahí les cuento.