El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2016 con metodología base cero fue un ejercicio fallido debido a que siete de cada 10 pesos del gasto van a rubros como la prestación de servicios, pensiones, proyectos de inversión, aportaciones a la seguridad social y a estados y municipios, así como para cubrir la deuda del país, coincidieron asociaciones civiles.

 

El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) advirtió en el documento Implicaciones del Paquete Económico 2016, que el plan de gastos del año entrante no pudo tener una ingeniería con esa metodología, pues este apartado del gasto representa 18% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que el gasto neto total propuesto para 2016 se ubica en 24.7% del PIB.

 

De acuerdo con Sunny Villa, investigadora del CIEP, el paquete económico correspondiente al año entrante es el que tiene menor margen de maniobra desde 2006, pues además del monto que se tiene que destinar al pago de gastos obligatorios, el total del presupuesto se redujo 1.3% como proporción del PIB, respecto a la propuesta del año previo.

 

Indicó que el sector más afectado del recorte fue la inversión, pues los recursos para este sector bajaron 0.7% del PIB.

 

Respecto a las pensiones, la especialista consideró que es urgente realizar una revisión en los sistemas de retiro, especialmente los correspondientes a los trabajadores de Petróleos Mexicanos y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

 

Al respecto, el director general del CIEP, Héctor Juan Villarreal Pérez, comentó que la reingeniería del presupuesto apunta a un paquete de transición que se consolidará en el largo plazo, pues atenderá a fondo las fuentes de ingresos, así como la organización del gasto y la deuda.

 

Precisó que uno de los factores principales que restaron agilidad al paquete económico fue el incremento de la deuda que se ubicó en un tope de 47.8% del PIB para el año entrante, lo que representa un aumento de casi 6.9 puntos en dos años, en relación con la expectativa que se realizó en 2014.

 

Este indicador apunta a que el sistema fiscal todavía es “frágil e insostenible en el tiempo”, pues mantiene una tendencia similar al déficit de los últimos años, que superó 3.0% del PIB “y esto pone una presión considerable en el acumulamiento de la deuda pública federal”, comentó.

 

Los integrantes del CIEP coincidieron en que para contrarrestar este problema es necesario generar una propuesta que privilegie el crecimiento económico, así como las reformas legales y presupuestarias que eliminen la rigidez del gasto público, entre las que destacaron el gasto federalizado, las pensiones y la deuda pública.