México y Estados Unidos iniciaron ayer el intercambio de información financiera de contribuyentes que tengan cuentas bancarias o inversiones en el país vecino para regular su situación fiscal y disminuir la evasión de impuestos.

 

El propósito del programa es que los contribuyentes mexicanos que tengan cuentas en ese país paguen el Impuesto Sobre la Renta (ISR) correspondiente a los recursos que enviaron a las cuentas extranjeras, siempre y cuando obtuvieran rendimientos anuales mayores a 10 dólares en 2014 y 2015, para iniciar las auditorías respectivas, en algunos casos a partir de 2016.

 

Para facilitar la declaración de los contribuyentes mexicanos que tengan cuentas en ese país, la Secretaría de Hacienda propuso un programa de repatriación de capitales, que permitirá que los contribuyentes regresen el dinero a México con menos trámites.

 

De acuerdo con Arturo Carbajal Trillo, presidente de Estudios Fiscales del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), la ventaja principal de este programa es que los contribuyentes “van a tener por cumplidas las obligaciones formales, pues el incumplimiento de estas obligaciones es corporal, es decir, puedes ir a la cárcel”, mencionó.

 

Para Luis Liñero, socio en el área de impuestos de Deloitte México, este programa condona el pago de recargos derivado de la falta del cumplimiento de las obligaciones fiscales en tiempo y forma.

 

Los analistas coincidieron en que las ventajas no sólo serán para los contribuyentes, pues una de las condiciones para regresar los capitales al país es que se mantengan invertidos en activos fijos para estimular la actividad económica en el país.