ESTRASBURGO. El presidente de la Comisión Europa, Jean Claude-Juncker, propuso al Parlamento Europeo que se instaure “un mecanismo permanente” para hacer frente “rápidamente” a un nuevo pico migratorio en el continente, y reclamó que los países del bloque reciban un total de 160 mil refugiados bajo un régimen obligatorio de redistribución.

 

“Las cifras son impresionantes”, reconoció y recordó que casi 500 mil migrantes llegaron a la UE desde principios de año.

 

En la nueva propuesta de la Comisión, Alemania, Francia y España son los países más solicitados. El brazo ejecutivo del bloque les pide unas 70 mil plazas para refugiados.

 

Los Estados miembros tendrán la posibilidad de no participar en los mecanismos de reparto de refugiados durante un año y por causas justificadas -que tendrá que evaluar la Comisión- a cambio de una contribución al presupuesto comunitario equivalente al 0.002 % de su PIB.

 

En su opinión, todos los refugiados deberían tener derecho al trabajo y al estudio desde el momento en que llegan a Europa, incluidos el tiempo en el que aún se estudia su solicitud.

 

Por su parte, el primer ministro de Australia, Tony Abbot, anunció que su país recibirá a 12 mil refugiados sirios e iraquíes y se unirá a la coalición que bombardea objetivos del Estado Islámico en Siria. Los refugiados procederán de “minorías perseguidas” que huyen de los conflictos de Siria e Irak y que están en campos gestionados por ACNUR en Turquía, Jordania, Irak y Líbano, explicó Abbott ante la prensa.

 

Mientras tanto, en Dinamarca, las autoridades ordenaron suspender de forma indefinida el tráfico ferroviario con Alemania ante la llegada en los últimos días de cientos de refugiados. Más de dos centenares de refugiados permanecen desde hace horas en dos trenes en Rødby, porque rechazan dejarse registrar por la policía danesa y pretenden seguir viaje a Suecia, donde afirmar tener familia y donde la política de asilo es más favorable.

 

Ayer refugiados llegaron a pie desde Serbia y se pusieron en marcha hacia Budapest. La policía no pudo convencer a una parte de ellos, sobre todo a familias con niños, para ser trasladados con autobuses al centro de primera acogida de Röszke. La agencia de noticias húngara MTI infirmó que los agentes utilizaron gas lacrimógeno después de que algunos refugiados les lanzaran objetos.