La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) reprobó al sistema penitenciario de 13 estados de la República, esto luego de constatar que sus cárceles no cumplen con las garantías para proteger a los internos, tienen baja gobernabilidad y carecen de instrumentos para la readaptación social.

 

En su informe Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2014 (DNSP), la CNDH indica que Michoacán, Campeche, Baja California Sur, Morelos, Hidalgo, Sinaloa, Nuevo León, Tamaulipas, Oaxaca, Guerrero, Tabasco, Nayarit y Quintana Roo reprobaron la evaluación; las 19 entidades restantes tienen severas deficiencias en sus sistemas para la readaptación social de los reclusos, el cual es el objetivo principal del sistema mexicano.

 

El Diagnóstico evaluó a las 130 cárceles estatales con más población, además de 20 federales, que juntas albergan 90% de los reclusos de todo el país, esto del 1 de enero al 31 de diciembre de 2014, dándole una calificación promedio de 6.02.

 

Si se ve la tendencia desde 2011, ésta es a la baja pues ese año la calificación fue 6.41; en 2012, 6.28, y en 2013 fue de 6.10, lo que refleja un estancamiento en problemas como sobrepoblación, falta de personal y un alto porcentaje de reclusos que se encuentran en proceso.

 

Uno de los puntos que destaca el DNSP es la ingobernabilidad que hay en los centros carcelarios, pues en 76 de los evaluados se detectó que las autoridades carecen de control, permitiendo que los internos tomen decisiones de seguridad, servicios, visitas, uso de teléfonos y alimentación.

 

Otro de los problemas que detectó la  CNDH es la violencia al interior de las cárceles. En el periodo del estudio registraron mil 737 incidentes, siendo 993 en los centros estatales, 740 en los federales y cuatro en las prisiones militares. La principal razón de esta violencia es la sobrepoblación.

 

El Altiplano retrocede en calificación

 

Cabe destacar que, en su evaluación, el Centro Federal de Reinserción Social #1 Altiplano sacó 6.98 puntos, por debajo de los 7.53 que obtuvo en 2013.

 

Donde salió peor evaluado es en la garantía de mantener la integridad física y moral del interno ya que, según la CNDH, hay deficiencias en servicios de salud;  en las supervisiones de cómo funciona el centro por parte del director; poca prevención y atención a actos de violencia al interior del penal, además de sobrepoblación y hacinamiento.

 

La sobrepoblación afecta al indicador de estancia digna, donde la Comisión encontró deficiencias en la capacidad de las instalaciones para operar correctamente la cárcel, además de mala higiene.

 

En las condiciones de seguridad, el Altiplano presenta insuficiencia en personal de seguridad y custodia, hay deficiencias en el debido proceso para la aplicación de sanciones, y presencia de objetos y sustancias prohibidas dentro del penal.