¿Alguna vez te has sentido extremadamente sensible? ¿Cómo lo manejas? ¿Normalmente cómo es tu reacción frente a esta sensación? ¿Lo permites o simplemente te molesta y lo reprimes?

 

Es que en general no nos gusta sentirnos sensibles, porque nos representa una amenaza sentirnos vulnerables, ya que nos expone al dolor, a la tristeza y a aquellos sentimientos que nos cuesta trabajo manejar. Sin embargo, los que saben del tema opinan que es muy positivo y recomendable darnos la oportunidad de sentir, porque eso nos permite conectar con nuestro interior, con aquello que sucede ahí en lo profundo de nuestro ser que, también, es parte de nosotros; eso que es tan sensible y tan humano, como son nuestras emociones.

 

ESPECIAL_COLUMNA MÓNICA

 

Tal vez tengamos que reaprender a sentir, abrirnos de nuevo a estas sensaciones, ya que de niños fuimos bloqueando nuestras emociones, como sistema de defensa para sobrevivir en un mundo donde no eran bien vistas y aceptadas las respuestas naturales de tristeza, llanto, enojo, frustración. Las fuimos ahogando y apagando. Incluso las emociones mejor aceptadas socialmente como la alegría, el amor, el gozo; porque así funciona el sistema, se apagan todas.

 

Es por ello que es conveniente trabajar para reaprender a conectarnos con el sentimiento. Cuando logramos desbloquear y nos abrimos de nuevo a la sensibilidad, sin sentir esa amenaza que nos invade y nos paraliza, quiere decir que nos estamos quitando capas de control y de tensión del cuerpo y de la mente. Poco a poco vamos estando más listos y entonces sentir la vulnerabilidad ya no nos asusta y podemos abrirnos a toda la gama de emociones que vamos sumando para experimentar más ampliamente nuestra vida. Si avanzamos en trabajar nuestros miedos, nos acercamos mas a nuestra esencia, a nuestra autenticidad humana, que se fue perdiendo en el proceso de vivir y sobrevivir en el mundo.

 

El sólo hecho de permitir sentirnos vulnerables y sensibles es un gran paso. Cuando aceptamos que tenemos miedo, que nos sentimos inseguros y poco confiados, estamos creciendo en consciencia y estamos empezando a nutrirnos internamente, fortaleciéndonos e integrándonos más como personas.

 

Tal vez, esa insensibilidad y fortaleza que nos gusta mostrar frente al mundo es más bien una máscara creada para cubrir y proteger esa vulnerabilidad tan profunda y amenazante, que muchas veces esta oculta en esos lugares donde no nos es tan fácil acceder. Por ello empezar a romper con esas capas para aceptar nuestra sensibilidad es un gran paso, abre nuestra conciencia y nos libera, se requiere mucha valentía porque no cualquiera es capaz de dejarse sentir en esa vulnerabilidad.