El pasado 5 de agosto, los trabajadores de la Agencia de Protección Ambiental de Estado Unidos (EPA por sus siglas en inglés) provocaron un derrame de millones de litros de residuos tóxicos de una mina en el Río Colorado, lo que provocó que las aguas de este se tiñeran de color amarillo.

 

Los hechos ocurrieron cuando trabajadores, que realizaban labores de limpieza en la mina. vertieron por accidente metales pesados disueltos en el arroyo Ánimas, afluente del Río Colorado.

Foto: AP
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Los daños comenzaron a apreciarse desde el sábado por la tarde.

 

Una funcionaria de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) dijo no creer que la fauna silvestre sufrirá serias consecuencias de salud debido al gran volumen de aguas residuales que se derramaron desde una mina abandonada en el suroeste de Colorado.

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La EPA también afirmó que la cantidad de aguas residuales mezcladas con metales pesados provenientes de la mina Gold King de Colorado en el Río Animas, cuyas aguas se tiñeron de color naranja sucio y después de amarillo, es tres veces mayor a la calculada inicialmente.

 

Según la agencia, las aguas residuales derramadas el miércoles y jueves en el río alcanzaron 11.3 millones de litros (tres millones de galones) en lugar de 3.7 millones de litros (un millón de galones). El mayor volumen se determinó después de que la EPA utilizara un medidor de corrientes facilitado por el Servicio Geológico de Estados Unidos.

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Cuatro días después de que la EPA causara el derrame, la agencia ha sido incapaz de terminar si las personas o la vida acuática enfrentan peligros de salud. Sin embargo, la toxicóloga de la EPA, Deborah McKean dijo que el fango residual se desplazó tan rápidamente después del derrame que podría no haber “causado secuelas importantes de salud” a los animales que hayan consumido el agua.

 

La corriente de agua teñida a causa del derrame se extendió más de 160 kilómetros (100 millas) desde el lugar donde se originó cerca del histórico poblado minero de Silverton, en Colorado, hasta los municipios de Farmington, Aztec y Kirtland, en Nuevo México.

 

La punta de la mancha contaminante se dirigía hacia Utah y Montezuma Creek, cerca de la localidad de Bluff, un destino turístico. Panorámicos desfiladeros de arenisca rodean a la localidad, poblada por unos cuantos cientos de personas.

 

Las autoridades locales se aprestaban a clausurar dos pozos que dan servicio a Montezuma Creek, dijo Rex Kontz, administrador general adjunto de la Autoridad de Servicios Públicos de la Tribu Navajo.

 

A fin de mantener el suministro de agua a las viviendas, el tanque residencial en Halchita fue llenado con agua limpia acarreada desde Arizona, desde una distancia de 64.3 kilómetros (40 millas).

 

En Colorado, donde comenzó el derrame, la EPA tenía previsto reunirse con habitantes de la localidad de Durango, ubicada río abajo respecto de la mina. Todavía continúan en examinación las muestras de agua tomadas cerca de Durango.

 

La EPA no ha precisado el tiempo que tardarán las labores de limpieza. El derrame fue causado por un grupo de trabajadores bajo supervisión de la EPA cuando intentaba ingresar en la mina para bombear al exterior las aguas residuales para tratarlas. (Con información de AP)