Toda estrella en la etapa final de su carrera vuelve a ser tentada por la liga estadunidense y, en la mayor parte de los casos, termina accediendo; a los nombres de Andrea Pirlo, Steven Gerrard, David Villa, Frank Lampard, Kaká, ahora se ha unido nada menos que el de Didier Drogba.

 

Lo que en los años 70 fue una realidad, con cracks máximos de una era como Pelé, Franz Didier DrogbaBeckenbauer, Johan Cruyff, Gerd Müller, Elías Figueroa, Teófilo Cubillas, Eusebio, George Best, Bobby Moore, Carlos Alberto, Gordon Banks, Roberto Bettega, Johan Neeskens, hoy se repite.

 

No todos los veteranos terminan asumiendo el reto con la misma seriedad, que parte de la idea al mudarse a una liga de menor exigencia, es relajarse y cobrar en tranquilidad unos años. Sin embargo, el espectáculo en estadios de la Unión Americana y Canadá tiende a crecer. Ver a semejantes futbolistas en la cancha, más los que vengan, siempre resultará una experiencia.

 

Un par de décadas atrás, el torneo mexicano intentó convertirse en paraíso para jubilados. Pocos de quienes vinieron aportaron, aunque queda el recuerdo del conmovedor Emilio Butragueño encabezando al Atlético Celaya hasta el subcampeonato.

 

La gran duda es cuánto redituará deportivamente a los clubes de la MLS este formato. Han transcurrido 15 temporadas en las que no han logrado conquistar la ConcaChampions o Liga de Campeones de Concacaf, período en el que apenas accedieron a dos finales. Cada campaña notamos los crecientes padecimientos mexicanos para mantener la hegemonía en este evento, aunque los últimos 10 representantes de la región en el Mundial de Clubes han sido de nuestra liga.

 

Más allá del dinero del que dispone la MLS, existen otras dos condiciones que resultan magnéticas para las leyendas europeas: la primera, el esquema centralizador que permite a una oficina matriz facilitar la llegada de ases; la segunda, la calidad de vida, y no me refiero meramente a los servicios/comodidades/oferta cultural de los que se puede gozar en Nueva York o Los Ángeles; a lo que voy es a cierto nivel de anonimato del que todavía disfrutan los ídolos futboleros en varios puntos de Estados Unidos (algo imposible en el viejo continente o Latinoamérica).

 

Didier Drogba jugará a sus 37 años con el Montreal Impact. Su llegada confirma que la MLS no busca simplemente elementos con gran trayectoria, sino símbolos. Este marfileño lo es tanto para el pueblo africano (él mismo acabó con la Guerra Civil en Costa de Marfil) así como para las audiencias anglófilas. Algo similar podemos decir de Gerrard, Pirlo, Lampard y Kaká; más allá de que lo que entreguen con el balón, aportarán millones de televidentes en el mundo y gran posicionamiento de marca.

 

Entre todos ellos estará Giovani Dos Santos, lo cual, insisto, no me termina de hacer sentido a su corta edad. No para su crecimiento, no para su consolidación, no para su proyecto deportivo. En todo caso, tenemos la certeza de que será casi tan seguido como en la liga española. Allá donde jueguen estos monumentos de carne y hueso habrá multitud de reflectores.

 

La MLS ha tardado unos años, pero finalmente luce cual heredera directa de la North American Soccer League (NASL) de los años 70. Otra vez los más grandes pasan por ahí un par de años antes de retirarse; otra vez su colección de estampas es realmente imponente.

 

@albertolati

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