BELGRADO. El primer ministro de Serbia, Aleksandar Vucic, aseguró que mantiene la mano tendida, pese a la agresión que sufrió hoy durante la conmemoración del vigésimo aniversario de la matanza de 8,000 musulmanes a manos de tropas serbobosnias en la ciudad de Srebrenica.

 

“Lamento lo que ha ocurrido, que algunos no hayan reconocido mi sincera intención de que edifiquemos la amistad” de los serbios y los bosniomusulmanes, dijo Vucic en declaraciones emitidas por la televisión a su regreso a Belgrado.

 

Vucic se convirtió hoy en el primer jefe de gobierno de Serbia en acudir a la ceremonia que cada año recuerda la matanza de Srebrenica y, al salir del acto, fue abucheado y apedreado por algunos de los presentes.

 

“Mi mano queda tendida hacia el pueblo bosniomusulmán y seguiré con esa política, siempre estaré dispuesto a hablar sobre cómo superar los problemas”, subrayó Vucic, quien expresó su confianza en que los musulmanes acepten esa actitud.

 

Denunció que lo ocurrido hoy fue un ataque “bien organizado” que trataba de lanzar un mensaje político, aunque no quiso hablar de responsables

 

El dirigente serbio aseguró que la mayoría de los bosniomusulmanes “no está de acuerdo con lo que pasó” y afirmó que los responsables de la agresión no fueron quienes estaban hoy recordando a sus allegados asesinados.

 

El primer ministro serbio resaltó que fue recibido en Srebrenica “cordialmente” por los familiares de las víctimas.

 

Consideró que los autores del ataque “hicieron daño” a los familiares porque “hoy se habla más de los necios que querían linchar que de las víctimas inocentes”.

 

Antes de llegar al Centro Memorial de Potocari, donde tuvo lugar la ceremonia, Vucic condenó la matanza de Srebrenica, que calificó de “monstruoso crimen”.