Dos moldes ha alternado la selección holandesa en el último par de décadas: recurrentemente han regresado experimentados directores técnicos para cumplir una segunda etapa (caso Guus Hidding, Louis van Gaal, Dick Advocaat) o ha dado la alternativa a precisamente lo opuesto, entrenadores de casi nula experiencia, pero legitimados como leyendas en su etapa como jugadores y preparados como asistentes (ahí entran Frank Rijkaard, Marco van Basten y ahora Danny Blind).

 

Son pocas las selecciones que se atreven a entregar sus controles a estrategas sin experiencia al margen del inmenso legado que hayan tenido en la cancha. Rijkaard recibió la alternativa con el equipo naranja dos temporadas después de haberse retirado. Más allá de que no logró la corona en casa, dentro de la Eurocopa de Bélgica-Holanda 2000, cumplió con dos metas casi tan relevantes: primero, cohesionar un plantel que padecía una severa división entre blancos y negros; segundo, enfatizar que el camino del futbol holandés debía de seguir orientado hacia cierta esencia futbolística. Sin embargo, antes de eso, fue asistente técnico de Hiddink en Francia 98, con lo que de ninguna manera comenzaba su proyecto de ceros.

 

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Caso muy parecido, Marco van Basten tomó ese banquillo con la sola experiencia de haber trabajado una campaña con los juveniles del Ájax. Leyenda máxima de este país nada más por detrás de Johan Cruyff, no llegó a estar cómodo en esa posición. De hecho, tantos reflectores y trato con medios, visiblemente le irritaban (de ello fui testigo más de una vez, en particular en el seminario para seleccionadores de Alemania 2006, efectuado en Dusseldorf). El que fuera un finísimo goleador, parece querer del futbol sólo lo que huele a pasto y nada más. Por ello me hace perfecto sentido que ahora regrese al combinado nacional, pero como asistente técnico.

 

Danny Blind, quien fuera asistente de Van Gaal en Brasil 2014, ahora ha sido nombrado. Como sucediera con Rijkaard y Van Basten, casi no tiene currículum como primer entrenador. A su lado estará Marco y, puedo suponer, disfrutará más de ese rol que del que tanto desgaste le generó de 2004 a 2008.

 

Futbol que vive siempre pensando en cómo refrescarse y reinventarse, ahora el tercero de abordo es otra leyenda recién retirada, Ruud van Nistelrooy. A la luz de como se manejan los procesos oranje, nada raro sería que en un mediano plazo, el ex Manchester United y ex Real Madrid también accediera al mayor de los puestos de este banquillo.

 

Lo más destacable, hallar una cadena perfecta entre los procesos holandeses de los últimos veinte años (más allá de conflictos de egos o diferencias entre uno y otro personaje). Lo más curioso, ver si Van Basten puede aportar más desde esa posición menos expuesta y acaso más adecuada para quien siempre se expresó mejor con balón que sin él.

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