¡No se hagan bolas, el padre putativo de esas dos criaturas, que después se convirtieron en engendros, fui yo!, podría responderles Carlos Salinas de Gortari a los dirigentes del PRI y del PAN, quienes se han enfrascado en la discusión de quién cedió más terreno al SNTE y a la CNTE, si los gobiernos priistas o los panistas.

 

César Camacho, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, dijo el lunes pasado: “…lamentamos las expresiones de senadores y diputados del PAN, cuyos gobiernos federales abdicaron a la rectoría del Estado en materia educativa, entregándola a Elba Esther Gordillo, y se coludieron políticamente con ella, incorporando a su yerno Fernando González Sánchez, al frente de la delicada tarea de la educación básica. No tienen autoridad de ningún tipo quienes no intentaron reforma alguna, ni aportaron una idea inteligente, y a lo más que llegaron fue a formular una fantasiosa política de Enciclomedia que fracasó en medio de escándalos de corrupción; antes de reclamar, como si no tuvieran responsabilidades que asumir, deberían esclarecer los términos de los acuerdos inconfesables que establecieron con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE)…”.

 

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El dirigente del PAN, Gustavo Madero, le respondió ayer a Camacho que la maestra Elba Esther Gordillo es el fruto, producto y reflejo del PRI y el sistema que se tiene en México es el vivo retrato del Revolucionario Institucional.

 

Como parece que Camacho y Madero no tienen memoria, vamos a refrescárselas:

 

Desde diciembre de 1979, al surgir la oposición magisterial de la CNTE, la profesora se benefició de la actividad disidente desplegada por maestros de varios estados cuyas secciones sindicales son controladas por la Coordinadora, en particular Guerrero, Michoacán y Oaxaca. La táctica que mejores resultados ha dado a la CNTE es el paro de labores en esos estados, reforzada por el impacto mediático de multitudinarias manifestaciones de sus miembros en la Ciudad de México. Lo paradójico –aunque tal vez no tanto– es que los buenos resultados obtenidos por la disidencia con sus protestas, también fueron positivos para Elba Esther Gordillo porque fortalecieron su posición frente al gobierno federal:

 

Cada vez que la CNTE intentaba poner de cabeza al sistema educativo nacional, la lideresa se alineaba con el presidente en turno, y le daba garantías políticas de que los profesores del SNTE no romperían su disciplina laboral y de que su gremio sería siempre respetuoso de las instituciones. Con ello, la profesora estableció una radical diferencia entre el SNTE y la CNTE.

 

Los gobiernos que durante cuatro sexenios coexistieron con Elba Esther aceptaron siempre las garantías que ella les dio y actuaron en consecuencia para apoyar su cacicazgo. Mediante esa alianza forzosa, los gobiernos se aseguraron de que un millón 300 mil maestros no siguieran los pasos de la disidencia. Es claro que la CNTE colaboró en medida no menor para que los gobiernos de Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón hubiesen preferido a Elba Esther como aliada y no como adversaria…

 

El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto no quiso coexistir con la maestra de la maldad y decidió poner fin al cacicazgo, lo que hay que agradecerle y reconocerle.

 

AGENDA PREVIA

 

Ocho de las más importantes aseguradoras que operan en México se disputaron la póliza de daños de Petróleos Mexicanos (Inbursa que había ganado los cuatro bienios anteriores), GNP, Banorte, Provincial, AIG, Atlas, Grupo Mexicano de Seguros y Mapfre Tepeyac; esta última resultó la ganadora al ofrecer 423.3 millones de dólares. Inbursa se llevó una tajadita de 4.3 millones de pesos en la partida de responsabilidad civil para altos funcionarios. Fue la primera ocasión que estas dos partidas se asignaron por separado.

 

Y hablando de pólizas, la Comisión Federal de Electricidad adjudicará el próximo viernes 26 su programa de seguros. Igual que en Pemex participan varias empresas. Inbursa podría ganar una buena rebanada, aunque afirman que hay preferencia por otra compañía. ¿Será?