Impensable cuando en 1999 pasó al futbol europeo y lucía frágil, se lesionaba con alta recurrencia, parecía no resistir el ritmo frenético del viejo continente. Impensable cuando en 2010 llegó al New York Red Bulls de la estadunidense Major League Soccer y se alejaba de su eterna disciplina, daba sensaciones de hartazgo e inminente retiro. Impensable cuando en 2012 empezó el ciclo para Brasil 2014 y nadie lo consideraba siquiera una opción para reforzar a la selección mexicana.

 

lati rafa marquez

 

Sin embargo, Rafael Márquez continúa ahí. Con 36 años es titular en Europa, logra competir en el cerrado Calcio italiano y ha vuelto a desafiar la lógica, tan presurosa para buscar jubilación en quienes viven de patear el balón.

 

Han pasado ya 18 años desde que el defensa de Zamora, Michoacán, debutara con el conjunto nacional; jornadas inolvidables como la Copa Confederaciones 1999 o sus goles en los Mundiales de Alemania 2006 (a Argentina), Sudáfrica 2010 (al anfitrión) y Brasil 2014 (a Croacia). No obstante, la carrera de Márquez, que incluye títulos como la Champions League o las ligas de España y Francia, parecía destinada a cuatro participaciones en el certamen más relevante del continente, como lo es la Copa América (una final en Colombia 2001, semifinales en Paraguay 1999 y Venezuela 2007, cuartos de final en Perú 2004).

 

Su soberbia actuación en la pasada Copa del Mundo, capitán y titular en los cuatro partidos, aunada a la vigencia que supone que esté militando en el Verona italiano, permitieron algo inimaginable. El propio DT Miguel Herrera llegó a insinuar en agosto del año pasado que el ciclo tricolor de Rafa estaba terminado; no obstante, la necesidad de armar dos planteles abrió el abanico de opciones y bajo tal exigencia, el surgido del Atlas fue un bálsamo para el seleccionador. Su experiencia y categoría serán los baluartes sobre los que se recargue un equipo joven y plagado de promesas.

 

La lógica dice que tras Chile 2015, Rafa deberá finalmente retirarse del combinado nacional, aunque llegados a este punto, ¿quién se atreve a asegurarlo?

 

Para el próximo verano volveremos a tener Copa América (la edición del centenario en Estados Unidos) y de inmediato estaremos ya envueltos en el frenesí de otra eliminatoria mundialista. México parece disponer de una buena camada de defensas como para no necesitar recurrir a un jugador que a Rusia 2018 llegaría con 39 años, aunque el futbol da demasiadas vueltas y más con él: quien lucía demasiado frágil para actuar en Europa, donde sigue casi dos décadas después; quien parecía desmotivado al jugar con cara de hastío en Nueva York, de donde salió casi listo para una gira del adiós; quien no pintaba en ninguna lista de alternativas cuando arrancó el camino al Mundial donde volvió (por cuarta vez) a ser capitán.

 

Historia que no tiene nada de azar, porque Rafael Márquez sigue ahí gracias al favor de un cuerpo privilegiado, pero, sobre todo, a que él ha propiciado ese privilegio de longevidad: con disciplina, con constancia, con trabajo, son sesiones para suplir el peso de la edad con otros recursos.

 

Será muy emocionante verlo en los estadios chilenos otra vez como comandante tricolor. Inesperado, pero emocionante. Todavía Rafa, otra vez Rafa.

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