El Gobierno del Distrito Federal enfrenta el reto de regular las “apps” que desde hace unos años ofrecen el servicio de auto con chofer como Uber y Cabify, un nuevo modelo de negocios basado en la colaborativa que choca un esquema tradicional de movilidad.

 

La tarea que tiene la autoridad es complicada. Se trata de encontrar un marco regulatorio que por un lado proteja los servicios que ya se ofrecen, pero que al mismo tiempo garantice que los nuevos actores paguen impuestos y cumplan sus obligaciones fiscales.

 

“Es muy importante que la regulación contemple el pago de las obligaciones fiscales, para que este tipo de modelo no se convierta en una salida fácil a la irregularidad y la informalidad, pero debe ser lo suficientemente abierto para que no exista la necesidad de ir creando una normatividad distinta por cada nuevo modelo de negocios que surja, de ahí la dificultad”, explicó María Fonseca Paredes, directora de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey, Campus Estado de México.

 

Desde su llegada al país hace casi tres años, Uber y Cabify han levantado polémica y protestas por parte de los grupos de taxistas tradicionales quienes las acusan de robarles mercado y competir de manera desleal.

 

La sorpresa no es sólo el modelo de negocios que no se había visto antes en el país, sino que el esquema en el cual se enmarca la economía colaborativa o compartida, es también novedoso y sólo empezó a extenderse en el país desde hace unos cinco años, de acuerdo con analistas.

 

En su definición más sencilla, la economía compartida implica acercar a la oferta y la demanda de un producto o servicio a través de una plataforma digital.

 

Sin embargo en un sentido más amplio, permite optimizar el uso de un recurso al compartirlo con otras personas que también lo necesitan cuando el propietario no lo utiliza, mediante una gratificación y se puede o no recurrir a la tecnología.

 

En México, modelos como Uber y Cabify han tenido éxito por las características del servicio que ofrecen a sus pasajeros y que no siempre encuentran en el modelo tradicional de transporte.

 

De hecho, en los últimos días ha cobrado fuerza un movimiento en Twitter que bajo el hashtag #UberSeQueda ha agrupado a usuarios de la aplicación en la Ciudad de México que exigen una regulación para que la empresa pueda seguir operando.

 

Frente a esto, la Secretaría de Movilidad y el Laboratorio de la Ciudad de México convocaron a taxistas y representantes de las empresas Uber y Cabify a sentarse a discutir un modelo en el que ambos esquemas de transporte puedan convivir. Estas discusiones, a partir de la segunda semana de junio, se llevarán a cabo en forma de foros en los que participarán especialistas y representantes de las empresas y los sectores más tradicionales de taxistas.

 

Economía colaborativa 

 

 

En su definición más sencilla, implica acercar a la oferta y la demanda de un producto o servicio a través de una plataforma digital.

 

-Optimiza el uso de un recurso al compartirlo con otras personas que también lo necesitan cuando el propietario no lo utiliza.

 

-Uber y Cabify son pioneros en este modelo, que está sujeto al escrutinio mundial por la “amenaza” que representan para los modelos tradicionales de movilidad urbana.

 

-Otras aplicaciones pioneras son Airbnb, una plataforma que permite a viajeros alrededor del mundo alojarse en casas o departamentos de otros particulares.

 

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