Fenómeno inevitable y paulatino: que todo sea vendible y patrocinable en el futbol.Los nombres de los estadios, los uniformes de los equipos (incluso a costa de que ya apenas sea detectable o visible el logotipo del club) e incluso la denominación de los torneos.

 

Esto último, nada nuevo si consideramos que ligas como la inglesa, española o mexicana, se han rebautizado con la entidad bancaria que ha pagado por ese derecho. La diferencia radica en que el certamen más antiguo, la Copa FA inglesa, hasta ahora no había accedido a patrocinar la forma en que es llamada.

 

Britain Soccer FA Cup_Sald

 

Un acuerdo con la aerolínea Emirates está cerca de terminar con 144 años de esa tradición. Siglo y medio durante el que la Copa FA ha accedido a decir “Copa FA en sociedad con la cervecería X” o “Copa FA bajo patrocinio de la casa aseguradora Y”, pero de ninguna forma a cambiar su nombre como tal.

 

De cerrarse el convenio que ya se da por hecho, el torneo fundacional del futbol moderno será a partir de la próxima campaña la Emirates FA Cup y levantará demasiadas ampollas en las islas británicas.

 

La compañía con sede en Dubái ha logrado incursionar en el máximo nivel del futbol europeo; las casacas de Real Madrid, Arsenal, Milán, París Saint Germain, Hamburgo, Olympiakos, además del estadio Emirates en Londres o el anuncio en el que juntó a Pelé con Cristiano Ronaldo. A eso debemos añadir multitud de torneos de tenis (incluidos US Open y Roland Garros), así como de golf, cricket y rugby, con lo que multitudes que jamás viajarán por sus aviones saben hoy de su existencia.

 

Lo de la FA Cup, como queda claro, no rompería con la estrategia publicitaria seguida por esta aerolínea muy vinculada al deporte. Tampoco sería, ni por mucho, su contrato más costoso: el nombre del estadio del Arsenal le cuesta 45 millones de dólares al año, así como la casaca del Madrid le implica unos 30 millones anuales. La diferencia radica en la alta sonoridad de ese convenio y su ausencia de precedentes.

 

Hablamos del torneo más viejo, como ya explicaba, pero además del que tiene más participantes; en la actual edición, 736 equipos; tres años atrás, 763. Un esquema que logra integrar a todas los clubes ingleses y galeses de ocho divisiones, desde Premier League hasta categorías más amateurs que profesionales.

 

En 1872, los Wanderers de Londres derrotaron a los Royal Engineers en la primera final; desde entonces y con la sola excepción de los períodos de las dos Guerras Mundiales, la FA Cup no ha parado. Hubo la famosa final del Caballo Blanco (1923, cuando un policía montado despejó la cancha de Wembley, invadida por la cantidad de espectadores que ya no cabían en la tribuna) y hubo grandes sorpresas de equipos menores eliminando a gigantes.

 

Todo eso continuará y la FA Cup se mantendrá como vestigio del nacimiento del futbol moderno, aunque, casi con total seguridad, con patrocinio integrado a la denominación. Si el estadio Santiago Bernabéu tendrá nombre modificado y la liga inglesa lleva años efectuándolo, nada de qué extrañarnos: la tradición está disponible para el mejor postor.

 

¿Que no se había hecho antes? Es que nadie les había llegado al precio.

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