A nivel mundial, México tiene el primer lugar en obesidad infantil y el segundo en sobre peso. Esto como consecuencia del estilo de vida desequilibrado que existe en nuestro país.

 

De acuerdo con el director de Calidad y Asuntos Científicos de SPRIM, Juan Manzola, la alimentación de los mexicanos ha presentado una involución de la época prehispánica a la fecha. “Desde hace aproximadamente 50 años, ha comenzado una etapa de transición alimentaria en la que la comida tradicional (frijol, maíz, haba, entre otras) ha sido remplazada por alimentos calóricos, ricos en grasas saturadas y con alto contenido de sodio. Al pensar en los antojitos mexicanos, todos ellos cumplen con dicho padrón”, aseguró.

 

De la misma forma, el especialista declaró que el consumo de bebidas calórica ha aumentado en los últimos años. “Anteriormente, la gente consumía agua simple potable, pero a través de los años, el agua ha sido remplazada por bebidas calóricas que ahora representan 21% del consumo total de energía”, dijo.

 

El aumento de la ingesta de bebida con alto contenido calórico llegó como consecuencia de cambios en la compra de alimentos. En una comparación en el gasto de los mexicanos de 1984 a 1998, disminuyó la adquisición de frutas y verduras un 29.3%, de leche 26.7% y carnes 18.8%, mientras que la compra de hidratos de carbono refinados ascendió 6.3%, según cifras de SPRIM México, consultora del sector salud y nutrición.

 

Actualmente, la prevalencia de sobrepeso y obesidad de adultos en México es de 71.28% que representa a 48.6 millones de personas. “La responsabilidad y posibilidad de prevenir dichos padecimientos, a través de un estilo de vida equilibrado, es individual y cada persona debe tomar en cuenta sus necesidades particulares de alimentación en función a su edad, sexo y condición física o de salud”, dijo Manzola.

 

Según el especialista, la dificultad para elegir alternativas saludables tiene que ver con la educación, la cultura, el desconocimiento de las necesidades particulares de cada persona, los malos hábitos y en general la falta de orientación al consumo, que traen como consecuencia un problema de obesidad, sobrepeso y enfermedades crónico-degenerativas.

 

En México existen diferentes tipos de dietas que responden a diferentes necesidades: vegetarianas, veganas, aptas para celiacos, etc. Lo más importante de una dieta es que sea equilibrada, inocua, completa, suficiente, variada y adecuada para cada tipo de persona.

 

Posibilidad de cambio

 

La cultura impone diferentes hábitos, pero realizar un cambio en el estilo de vida y alimentación de los mexicanos es posible. “Lo primero es estar dispuesto a lograrlo. Después, conocer o estudiar las causas que orillan a los mexicanos a no adquirir hábitos saludables y finalmente buscar alternativas alimentarias sanas, que sí existen en México y se desconocen”, afirmó el directivo.

 

Al explorar nuevas alternativas saludables de consumo, además de incluir frutas, verduras, pescado y pollo, podría incluir una opción de consumo ancestral, como lo es la carne de conejo, que es baja en grasa y sodio de manera natural, de la cual cada vez hay más recetas debido a la facilidad y practicidad que implica su preparación.