LUXEMBURGO. Tras el hundimiento de un barco en el Mediterráneo en el que podrían haber muerto 700 inmigrantes, la Comisión Europea presentó un plan con diez propuestas para combatir el drama migratorio, que incluyen aumentar el presupuesto de la operación Tritón de vigilancia marítima en el Mediterráneo y los esfuerzos para destruir los barcos utilizados por las mafias para transportar a inmigrantes.

 

La medida se ha anunciado durante la reunión conjunta de los ministros de Asuntos Exteriores e Inmigración convocada para abordar la tragedia migratoria en el Mediterráneo.

 

El plan, que ha recibido el visto bueno de los titulares de Exteriores y de Interior, incluye “medidas de acción inmediata” para responder a la situación.

 

Las propuestas serán trasladadas a los líderes de la Unión Europea de cara a la cumbre extraordinaria sobre la inmigración en el Mediterráneo que se celebrará este jueves y que ha sido convocada por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

 

En primer lugar, el Ejecutivo comunitario propone aumentar los recursos financieros y el número de medios disponibles de las operaciones de vigilancia marítima en el Mediterráneo, Tritón y Poseidón, además de ampliar su área operativa para poder intervenir a mayor distancia, bajo el mandato de la Agencia de Control de Fronteras Exteriores de la Unión Europea (Frontex).

 

Además, se plantea “un esfuerzo sistemático para capturar y destruir los barcos utilizados por los traficantes”, que se traduciría en una operación “civil y militar que tomaría como ejemplo la operación Atalanta” contra la piratería, explicó el comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos.

 

Por otro lado, la CE plantea que la Oficina Europea de Policía (Europol), Frontex, la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO) y la Agencia de cooperación judicial (Eurojust) “se reúnan regularmente y trabajen juntas” para reunir información sobre el “modus operandi” de los traficantes, con el fin de hacer un seguimiento de sus fondos y ayudar en las investigaciones.

 

También se propone que EASO despliegue equipos en Italia y Grecia para tratar de manera conjunta las solicitudes de asilo y que los Estados miembros garanticen la toma de huellas dactilares de todos los inmigrantes.

 

Otra medida es “el estudio de opciones” para un mecanismo de emergencia de reasentamiento de los inmigrantes y la puesta en marcha de un proyecto piloto de reubicación, que ofrezca un número de plazas a las personas que necesiten protección.

 

Otra idea es establecer un nuevo programa de retorno para el rápido regreso a sus países de los inmigrantes irregulares, coordinado por Frontex a partir de los Estados miembros que cuentan con fronteras externas.

 

Para el caso de Libia, el plan pide un compromiso con los países vecinos a través de un esfuerzo común entre la Comisión Europea y el Servicio Europeo de Acción Exterior.

 

En particular, añade, “se deben impulsar las iniciativas en Nigeria”.

 

Por último, plantea el despliegue de oficiales de inmigración en países terceros considerados “clave” para recabar información sobre los flujos migratorios y reforzar el papel de las delegaciones europeas.

 

“Tenemos que demostrar el mismo sentido europeo de urgencia que hemos demostrado al reaccionar en tiempos de crisis”, exigieron en un comunicado conjunto la jefa de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini, y el comisario Avramopoulos.

 

“No podemos cerrar los ojos ante lo que está pasando. La crisis humanitaria debe tener una respuesta no solo por parte de Italia” dijo en rueda de prensa Roma, el primer ministro italiano, Matteo Renzi.

 

Se hunde otro barco y dos más, a la deriva

 

ATENAS. Al menos tres personas murieron al encallar una embarcación con numerosos inmigrantes ante las costas de la isla griega de Rodas, en el archipiélago del Dodecaneso.

 

Según explicó un vocero de la Guardia Costera, hasta el momento se contabiliza la muerte de tres personas -una mujer, un hombre y un niño-, mientras 90 han sido rescatados, de las que 57 han sido trasladadas a comisarías y otras 23 llevadas al hospital.

 

El accidente se produjo cuando por motivos desconocidos la embarcación de madera quedó varada en las rocas, cerca de la playa de Séfiros, y posteriormente se hundió. Por ahora se desconoce el número exacto de tripulantes y sus nacionalidades -aunque muchos de ellos podrían ser sirios-, y la operación de rescate, que todavía no ha concluido, no permite confirmar la presencia de unas 200 personas, como se había presumido en un principio.

 

Muchos inmigrantes se arrojaron al agua y lograron ponerse a salvo con ayuda de los lugareños que se encontraban en la playa.

 

El mismo día, el presidente del gobierno italiano, Matteo Renzi, informó de que medios de la Guardia Costera italiana y de Malta se están ocupando de socorrer a dos barcazas en dificultad frente a las costas de Libia y en las que viajan unos 450 inmigrantes.

 

Renzi explicó que en las dos barcas, que dieron la alarma al encontrarse a la deriva al encontrarse a tan sólo 58 km de las costas de Libia, viajaban unas 100-150 personas, mientras que en otra más grande hay unos 300 inmigrantes.

 

Las informaciones de Renzi coinciden con la información dada por la oficina de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), quien recibió huna llamada de auxilio de una embarcación en la que viajaban unas trescientas personas a bordo.

 

Ni la OIM ni las autoridades italianas han hablado de la posibilidad de que haya ya fallecidos o las barcas hayan naufragado.