Bien se dice que la indecisión es por sí misma una decisión y así parece operar este año el director técnico madridista Carlo Ancelotti, guiado por ese sabio consejo de no pensar en el puente hasta haber llegado al río.

 

La alternativa a su falta de rotaciones y dosificación de minutos ha sido el destino, encargado quirúrgicamente de casi nunca tener a su disposición a todos los teóricos titulares merengues. Situación que en su momento, ante la plaga de lesiones de febrero, le perjudicó, pero que en varios instantes le ha sacado del apuro de sentar a quienes se consideran inamovibles.

 

El 11 merengue de la actual campaña se confeccionó de forma más bien casual. Las partidas de Xabi Alonso y Ángel Di María no eran deseadas por el técnico blanco, lo que obligó a tapar esos huecos como mejor se pudo. Pocos pensaron que Luca Modric asumiría un rol tan indispensable, así como era difícil sospechar que James Rodríguez se adaptaría con tamaño éxito a roles más sacrificados.

 

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En esos planes de inicio, Isco Alarcón pintaba para sustituto ofensivo. Sucedió que para la jornada ocho Gareth Bale se lesionó, lo que dio entrada por tres cotejos al joven volante. Al regreso del galés, los problemas musculares afectaron a Luka Modric. Entonces Isco se consolidó como titular, ahora con funciones distintas. Cuando al croata le faltaba mes y medio de baja, el caído fue James Rodríguez. Modric volvió e Isco se quedó. Finalmente, la semana pasada la enfermería se vació, pero Isco acumuló su quinta tarjeta amarilla, propiciando que por fin el Madrid alineara a los seis de en medio para arriba que abrieron el certamen.

 

Para este miércoles, en la visita merengue al Rayo Vallecano, uno de los siete que aspiran a esos seis puestos tiene que ir a la banca. Se sobreentiende que no serán los más defensivos Kroos y Modric, ni los más ofensivos Cristiano y Benzema, lo que centra el debate en tres elementos de corte diferente como lo son Isco, James y Bale.

 

Justo cuando se esperaba que Ancelotti anunciara su decisión, por primera vez desde que las circunstancias convirtieron a Isco en inicialista, todo hace indicar que Bale se encuentra lesionado. De forma tal que el puente en el que todos hemos pensado desde octubre, no habrá exigido ser cruzado una vez más.

 

En la defensa central se ha dado una situación parecida, con Raphael Varane habiendo participado en incluso más partidos que los dos titulares, Pepe y Sergio Ramos, a quienes ha sustituido durante sus respectivas lesiones.

 

Falta la parte más relevante de la temporada: Champions League en Cuartos de Final y nueve definitivos cotejos de liga. Quizá ahora que dispone por primera vez de 12 jugadores de su genuina confianza Ancelotti se atreva a hacer rotaciones y a preservar las piernas de sus hombres más desgastados. Consideremos que seis jugadores ya sobrepasan los cuarenta partidos disputados (Cristiano, Benzema, Isco, Marcelo, Bale, Kroos). Añadamos el nivel de exigencia que se avecina.

 

Carletto seguramente enfrentará el momento a su estilo, sin dramas, con su clásico liderazgo sereno, pero con alguna inevitable y muy pospuesta decisión. Y me temo que, por poco popular que resulte ante la prensa española, el sacrificado terminará siendo Isco.

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