SAO PAULO/RÍO DE JANEIRO. La mandataria Dilma Rousseff recibió abucheos por parte de un grupo de personas que trabajan en la feria dentro del Centro de Convenciones de Anhembí, según presenció la agencia EFE en el lugar en el que estuvo la presidenta brasileña para inaugurar el Salón Internacional de Construcción Civil, en Sao Paulo.

 

Sao Paulo es una de las ciudades brasileñas donde el domingo pasado se registraron cacerolazos y bocinazos contra Rousseff, mientras la mandataria ofrecía un discurso en cadena nacional.

 

Además del cacerolazo que se escuchó en barrios acomodados de algunas ciudades, varias protestas contra el Gobierno están previstas para el próximo domingo.

 

Las protestas han sido convocadas por diferentes grupos, defienden reivindicaciones variadas, cuentan con el respaldo de partidos de oposición y en su mayoría demandan un juicio político contra Rousseff por su supuesta responsabilidad en las corruptelas de la petrolera estatal Petrobras y la delicada situación económica del país.

 

Respuesta de Gobierno a protestas agrava la crisis

 

La insistencia del Gobierno brasileño en atribuir las actuales protestas contra la presidenta Dilma Rousseff a una campaña “golpista” de sus rivales agrava aún más la crisis del país, advirtió el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), mayor fuerza de oposición en Brasil.

 

“Con su ineptitud para tratar el momento delicado, Dilma (Rousseff) está consiguiendo transformar lo que era una dificultad económica en una crisis política”, según un análisis de coyuntura divulgado por el Instituto Teotonio Vilela, órgano de formación política del PSDB.

 

Para la formación, las protestas surgieron espontáneamente de personas preocupadas con la situación del país, con la economía al borde de la recesión y la inflación en su mayor nivel en diez años; que rechazan las medidas de ajuste fiscal anunciadas por el Gobierno o que están indignadas por el escándalo de corrupción que sacude a la estatal Petrobras, mayor empresa de Brasil.

 

“Lo que Dilma y su grupo no parecen haber comprendido es que las manifestaciones son actos espontáneos de quien no soporta más la incapacidad latente del Gobierno para lidiar con el momento de dificultad que atraviesa el país”, según el análisis del PSDB.

 

Según el partido opositor, el pronunciamiento en el que la gobernante defendió su ajuste fiscal y atribuyó los problemas del país a la crisis internacional “fue tan engañoso y falso que recogió, en tiempo real, uno de los más explícitos rechazos de que se tienen noticia en el país, un cacerolazo gigante”.

 

Un tanto molesta, Dilma Rousseff dijo: “Dejen de buscar una tercera vuelta electoral. Las elecciones ya acabaron y una tercera vuelta no puede ocurrir, a menos que alguien quiera una ruptura democrática”.

 

Petrobras continúa hundiéndose en corrupción

 

BRASILIA. Pedro Barusco, exgerente del departamento de Servicios de Petrobras, involucró al gobernante Partido de los Trabajadores (PT) en las corruptelas que se investigan en la estatal brasileña y dijo que esa formación pudo haber recibido hasta 200 millones de dólares (tres mil millones de pesos) desviados.

 

“Había una reserva de comisión para el PT” en cada uno de los contratos que Petrobras firmaba con otras empresas, que formaban una especie de cártel que se repartía las obras, afirmó Barusco.

 

Barusco, quien ingresó a Petrobras en 1995, explicó que comenzó a recibir comisiones por sus maniobras para otorgar contratos en 1997, cuando el país era gobernado por Fernando Henrique Cardoso, del ahora opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

 

Sin embargo, dijo que en esa época se trataba de “iniciativas personales” que tomó con otros directores de la empresa y sostuvo que la corrupción fue “más amplia y en forma más institucionalizada” desde “2003 o 2004”, cuando ya estaba en el poder el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, del PT.

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