AIGLE. El presidente de la Unión Internacional de Ciclismo, Brian Cookson, admite que el dopaje y las trampas siguen siendo “endémicas” en el deporte, y aseguró que el organismo rector, que ha sido cuestionado por hacer la vista gorda, “no se hará el distraído” de ahora en adelante. Además, están claros en que el dopaje sigue existiendo y es endémico en ese deporte.

 

El funcionario declaró que quiere que Hein Verbruggen renuncie a la presidencia honoraria de la UCI luego de que un informe de 227 páginas concluyó que esa federación se confabuló con Lance Armstrong para ocultar un análisis positivo en el Tour de Francia de 1999.

 

“Me sorprenden y a veces escandalizan algunas cosas” del informe, manifestó Cookson, para quien lo ocurrido con Armstrong en el Tour de 1999 fue un “momento crítico”, que dejó en claro que la UCI no era seria en su lucha contra el dopaje.

 

El informe dijo que Armstrong fue confirmado como ganador luego de que la UCI aceptó una receta médica con fecha retroactiva para justificar el control positivo.

 

Agregó que la UCI había incurrido en una “grave violación de sus obligaciones” al no hacer las denuncias correspondientes cuando se presentó un certificado médico falso a favor de Armstrong.

 

La decisión de la UCI de no castigar a Armstrong contribuyó al uso generalizado de sustancias como la EPO, según el informe.

 

“Se generó la impresión de que perseguir a los tramposos constituía una caza de brujas que perjudicaría la imagen del ciclismo”, señaló el documento.