GINEBRA. Una ronda más de negociaciones internacionales sobre el programa nuclear iraní concluyó en Ginebra con ciertas señales de progreso y la voluntad de mantener un ritmo acelerado de reuniones, con nuevos encuentros convocados para dentro de apenas una semana.

 

Aunque convocadas como negociaciones entre Irán y el G5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Francia , Rusia y China, más Alemania), fueron estadunidenses e iraníes quienes en realidad mantuvieron una maratón de reuniones.

 

La intensidad de estos encuentros y su frecuencia ha reafirmado que cualquier acuerdo sobre el programa nuclear iraní pasa por un entendimiento previo entre Teherán y Washington, que ambas capitales parecen creer posible.

 

La primera muestra de ello ha sido la presencia del secretario de Estado de EU, John Kerry, y de su homólogo de Energía, Ernest Moniz, físico nuclear de formación; así como del ministro de Exteriores iraní, Javad Zarif, y del director de la Organización de Energía Atómica de Irán, Ali Akbar Salehi.

 

Aunque su posición oficial es de cautela, los gestos de EU apuntan a que está dispuesto a hacer lo posible para llegar a un acuerdo con Irán.

 

Esto sería no sólo un éxito sin precedentes de la política exterior del presidente estadunidense, Barack Obama, sino que también evitaría una radicalización del régimen iraní y su acercamiento al único gran aliado que le quedaría: Rusia.

 

La oferta de Rusia de un nuevo sistema de misiles para Irán, conocida en plenas negociaciones nucleares, surge como una señal adicional de quiebra de la supuesta unidad del G5+1 frente a Irán.

 

La implicación de Rusia en el conflicto armado del este de Ucrania y las sanciones económicas con las que han respondido EU y la Unión Europea han provocado una escalada de hostilidad entre Washington y Bruselas, por una parte, y Moscú, de la otra.

 

El fracaso de quince meses de negociaciones, que deben extenderse hasta fines de junio próximo, conforme al último plazo acordado, equivaldría a empujar más a Irán hacia la esfera de Moscú.

 

Fuentes occidentales han señalado que aunque todavía hay camino que andar hasta un acuerdo, se ha conseguido “limar” diferencias en algunos temas importantes que se negocian, lo que coincide con la descripción de “útiles, serias y constructivas” que hizo Zarif las reuniones con su contraparte estadunidense. El ritmo de las negociaciones, que se reanudarán la próxima semana, apunta a que las partes perciben que están avanzando.