NUEVA YORK. Como uno de los veteranos de la NBA, Tim Duncan tiene recuerdos que pocos comparten respecto del Madison Square Garden. Jugó allí cuando los Knicks de Nueva York eran contendientes por el cetro.

 

Así que cuando entró a la cancha, antes del Juego de Estrellas que se disputaba el domingo por la noche, estaba pensando en esos días del siglo pasado. A diferencia de los Knicks, Duncan siguió mejorando en el nuevo siglo.

 

“Tengo muchos recuerdos aquí”, dijo. “Estuve en mi primer Juego de Estrellas, gané mi primer campeonato. Así que son muchos buenos recuerdos”. Sus Spurs de San Antonio vencieron a los Knicks en cinco partidos en la final de la NBA en 1999, un año después de que Duncan debutase en el Juego de Estrellas como novato, cuando Kobe Bryant hizo también su primera actuación.

 

El regreso del Juego de Estrellas al Garden, donde no se realizaba desde 1998, fue un resonante triunfo incluso antes del partido. Funcionarios de la ciudad estiman que las festividades han tenido un impacto de casi 200 millones de dólares, de acuerdo con el comisionado de la NBA, Adam Silver. “Como neoyorquino, me encanta eso”, dijo.

 

Además, el índice de teleaudiencia de 7,2 conseguido para TNT en Nueva York por la cobertura de la competencia de destrezas el sábado por la noche fue el mayor de la historia.

 

Así que la liga y sus socios probablemente se preguntan cuán bueno sería que los Knicks regresaran a la final de la NBA. El equipo no ha estado siquiera cerca en los últimos 15 años, con apenas cinco apariciones en los playoffs y una serie ganada desde que llegaron a la final de la Conferencia Este en el 2000.

 

“La liga extraña eso. La liga lo necesita. La liga necesita que Nueva York sea una potencia de nuevo”, consideró el astro de los Knicks Carmelo Anthony.

 

Esa idea de que los Knicks sean una potencia es apenas una broma en estos días, con el peor récord en la liga — 10-43. Nueva York ha estado tan mal que siete de sus partidos fueron retirados de la televisión nacional.