Cada año se registran 140 casos de cáncer por cada millón de menores de 15 años, una tasa de incidencia tan baja que hace que los fármacos antitumorales no tengan el suficiente atractivo comercial para que la industria farmacéutica invierta en investigación.

 

Pero la falta de interés por la investigación del cáncer infantil no proviene solo del sector privado, sino que también sucede en el público, denuncia el doctor Lucas Moreno, coordinador de la Unidad de Ensayos Clínicos CNIO Hospital Niño Jesús, puesta en marcha hace dos años para impulsar la investigación y aplicación en el ámbito clínico de nuevas terapias contra el cáncer infantil.

 

Una vez agotadas las líneas de tratamiento protocolizadas, esta Unidad ofrece a los pacientes alternativas terapéuticas dentro de un ensayo clínico, sin necesidad de que tengan que salir de España, explica en una entrevista con Efe.

 

Se trata de facilitar el acceso a ensayos clínicos en aquellos casos en los que tras la aplicación del tratamiento estándar, la enfermedad no remite.

 

El objetivo final, apunta, es mejorar la tasa media de supervivencia del cáncer infantil, que actualmente se sitúa en el 76%, y buscar tratamientos para los más resistentes (neuroblastomas o sarcomas en estadios avanzados y algunos tipos de tumores cerebrales o leucemias) a los que sólo sobreviven cuatro de cada diez niños.

 

“Los pacientes que quedan fuera de la tasa media tienen una supervivencia muy mala y necesitan estos nuevos medicamentos”, advierte Moreno.

 

“Hace falta más inversión. Es verdad que estamos mejorando, pero a base de mucho esfuerzo” pese al poco interés comercial que hace que sea “muy difícil hacer investigación grande y de calidad”, insiste.

 

El objetivo de la Unidad en la que colaboran el CNIO y el Hospital Niño Jesús es conseguir hacer más ensayos clínicos que es “la forma de probar los nuevos medicamentos”, explica Moreno, quien se felicita de que ahora en España haya nuevos tratamientos disponibles para los niños con mal pronóstico en los que no funciona el tratamiento convencional.

 

“Son medicamentos que antes en España ni siquiera se podían probar o acceder a ellos y ahora los ensayos clínicos, igual que se hacen en EU o Inglaterra, se hacen aquí” y abarcan “casi todos los tipos de cáncer pediátrico y casi todas las situaciones”, algunos incluso es la primera vez que se prueban en el mundo.

 

Pese a la buena evolución y al avance de los ensayos, Moreno recuerda que desde que éste finaliza hasta que el fármaco está disponible en el mercado, “pasan unos cinco años”.

 

Al margen de la falta de inversión, este investigador asegura que “lo más positivo es que se ha formado un equipo que sólo se dedica a hacer ensayos clínicos en oncología pediátrica”.

 

En España cada año mil 300 niños son diagnosticados de cáncer, una enfermedad que en los países desarrollados supone la primera causa de muerte por enfermedad en los más pequeños pese a los avances en las técnicas diagnósticas y la mejora de la supervivencia lograda con nuevos fármacos.

 

 

Desde la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) también se recuerda que, aunque todavía es imposible prevenir el cáncer en los niños, “es posible mejorar las técnicas de diagnóstico y los tratamientos”, algo que, subrayan, solo puede lograrse mediante la investigación y, por tanto, la inversión.

 

Complejo y heterogéneo

 

El cáncer infantil es un complejo y heterogéneo número de distintas enfermedades que se originan a partir de una sola célula maligna que crece sin control, tanto en su sitio original como en otros órganos del cuerpo.

 

Y cada una de esas enfermedades que engloban el término de cáncer infantil tiene un pronóstico y un tratamiento diferente.

 

El cáncer se presenta cuando una célula o un grupo de células comienza a multiplicarse y crece de manera descontrolada invadiendo a las células normales de alrededor, un proceso que en los niños se produce más rápido que en los adultos.

Los tipos más frecuentes de cáncer en la infancia se dividen en dos grandes grupos: las enfermedades hematológicas (leucemias y linfomas) y los tumores sólidos (carcinomas y sarcomas).

 

Y a pesar de las numerosas investigaciones que se han realizado, las causas de la mayoría de los tumores en los niños todavía no se conocen.

 

GH